Desde Santa Fe 

La ley de paridad se aprobó ayer en la Cámara de Diputados con una votación unánime: 41 a 0 y fue girada al Senado. Apenas el tablero electrónico exhibió el resultado, comenzaron los festejos en las barras repletas de mujeres, con aplausos y cantos, que después siguieron en la calle. La media sanción es distinta a la que salió en 2016  por otro margen (35 a 0 y ocho abstenciones de la UCR y el PRO) y luego cajonearon los senadores. Aquella consagraba la representación igualitaria entre varones y mujeres en la Legislatura, concejos municipales, comisiones comunales, asambleas constituyentes y partidos políticos. La de ayer, mantiene esas normas, pero incorpora el "principio igualitario" que deberá aplicarse en los tres poderes del Estado, municipios y comunas. La gran excepción será la fórmula de candidatos a gobernador y vice, que fue excluida; mientras que en el caso de los senadores -que en este debate ya aplicaron su poder de veto‑ la paridad se cumplirá con el suplente. En la justicia, los pliegos que el Poder Ejecutivo envíe a la Asamblea Legislativa deberán garantizar "la postulación equitativa" entre varones y mujeres para cubrir vacantes de jueces, fiscales y defensores.

Los discursos arrancaron con el miembro informante del dictamen que se votó, Rubén Galassi, presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales, quien destacó el "amplio consenso" de la ley, "iniciado y empujado con fuerza por las mujeres". La ley ‑dijo‑ se aplicará, "con distintas características, en los tres poderes del Estado, municipios y comunas". "Es un gran avance para la sociedad" porque las mujeres tendrán "más participación, responsabilidad y protagonismo" en "lugares de decisión" y significará "una sociedad mejor, más justa, sin violencia y sin intolerancia".

Las diputadas compartían su emoción, en semblantes y discursos. "Un día de alegría", dijo Verónica Benas. Mientras que su colega del Frente Progresista, Alicia Gutiérrez, interpretó la lucha como un escalón de "un largo recorrido". "Las mujeres que estamos acá (en las bancas) somos producto de la ley de Cupo", que se sancionó en 1991. "Si hoy somos 18 mujeres es por ley de Cupo, porque antes, desde 1983 hasta el '91, en esta Cámara solo hubo dos mujeres diputadas. Y eso hizo la diferencia", aplaudió.

"Es un día emocionante", coincidió Silvia Augsburger, del interbloque de izquierda. "La paridad es una ley de profunda transformación social porque este ingreso compulsivo de la mitad de las mujeres a los espacios de decisión intenta barrer ese contrato sexual originario, que todavía nos tiene atadas a las mujeres a los espacios privados". Más aplausos. "Las mujeres queremos la paridad para terminar con ese contrato sexual", agregó.

"Esta ley la discutimos acá adentro, pero la ganamos afuera, en la calle", advirtió Augsburger. "Es producto de esa marea feminista enorme que recorre nuestro país desde hace pocos años, que se ha metido en cada lugar donde antes no se podía meter, ese lugar que denuncia en la academia los acosos sexuales a las alumnas por parte de los profesores, que no tolera la violencia sexista y dice: 'ni una menos'. Que abrió el debate en el Congreso de la Nación por el aborto legal, seguro y gratuito. Esas mujeres y esa marea, no nacieron de un repollo, son productos de esas mujeres coraje y valentía, las Julieta Lanteri, Alicia Moreau, Elvira Rawson, Eva Perón. En ellas nos sentimos reflejadas para que la paridad sea una realidad en la provincia y en el país".

El hecho político sobresaliente del debate fue el giro de los radicales y sus socios del PRO, que en 2016 no votaron la ley, ocho de ellos se abstuvieron, y ayer, algunos levantaron la mano y otros se fueron del recinto. El jefe de bloque, Santiago Mascheroni, y el presidente de la UCR, Julián Galdeano, intentaron explicar la marcha atrás, pero el tercero, Héctor "Goggi" Gregoret, no aguantó y dejó su banca vacía. Gregoret es el mismo que había chicaneado el debate de 2016 cuando pidió que antes de sancionar la ley se convoque a una consulta popular y después se burló de "los diputados que votaron a favor de paridad" porque según él "no tenían los calzoncillos puestos".

Mascheroni dijo que la media sanción de ayer tenía el consenso de una "ley institucional, esas que cambian las estructuras del Estado", a diferencias de aquellas que "salen con victorias pírricas, tengo un voto más y las saco como vengan, estas son leyes que exigen madurez política, y esta es la prueba, para lograr una ley que refleje la realidad política y la voluntad de quienes la sancionan".