Desde París

Una historia de impostura denunciada en 2008 en las páginas de este diario bajo la firma de Nora Veiras y seguida luego por otros artículos acabó ayer en París con la extradición de un torturador argentino que vivía en Francia encubierto. La instancia judicial más alta de Francia –La Corte de Casación– confirmó el jueves 24 de mayo la extradición de Mario Sandoval, alias Churrasco, un ex policía con pedido de extradición en la Argentina por su implicación en el secuestro y desaparición de un estudiante de Arquitectura y miembro de la Juventud Universitaria Peronista (JUP), Hernán Abriata, el 30 de octubre de 1976. El ex policía trabajó en el Departamento de Asuntos Políticos de la PFA entre los años 1976 y 1979 y llegó incluso a formar parte del grupo de tareas 3.3.2 que operó en la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA). Aunque se lo cree implicado en alrededor de 500 asesinatos, secuestros y actos de tortura, el caso Abriata fue el único que permitió que se activara el procedimiento judicial debido a que existen varios testimonios que acreditan la implicación de Churrasco. La madre de Hernán Abriata, Beatriz, fue testigo directo del secuestro por un grupo donde se encontraba Mario Sandoval.

El torturador agotó todos los recursos que interpuso para evitar su extradición. El 19 de octubre de 2017, la Corte de Apelación de Versalles se había pronunciado a favor de la extradición del ex oficial, pero Sandoval presentó un recurso ante la Corte de Casación para que el pronunciamiento de la Corte de Apelaciones quedara sin efecto. El ardid judicial no funcionó a su favor y ahora sólo queda que el gobierno francés agilice los trámites para que se haga efectiva la extradición. Se trata, hoy, de un paso poco común en el campo de este tipo de jurisprudencias. La decisión de la Corte francesa es novedosa en más de un caso. En 2014, la Corte de Casación había rechazado la extradición de tres ruandeses reclamados por Kigali debido a su implicación en el genocidio de 1994 (más de un millón de muertos).En la Argentina, el proceso judicial propiamente dicho se inició en 2012 y estuvo a cargo del juez federal Sergio Torres. A Mario Sandoval la vida placentera en París se le vino abajo primero con la publicación en PáginaI12 de su biografía real y luego cuando, después de que muchos medios franceses retomaran la información de este diario, Sandoval emprendiera una cruzada judicial contra los medios franceses por “difamación” (El Correo, France Info, Marianne). Churrasco se presentó como víctima de una “campana sistemática de difamación por parte de decenas de blogs y otros portales de información”. En 2012, el represor argentino, a través de un comunicado, negó “firmemente haber participado en exacciones en la Argentina y desea recordar que no puede ejercer normalmente su profesión de conferencista, consejero, formador por haber sido víctima de una campaña de difamaciones e incluido sin contemplaciones en una lista negra”. Sin embargo, su pasado fue tal y como lo retrató PáginaI12. Sandoval egresó en los años 70 de la Escuela de Policía Ramón Falcón y luego pasó a ser parte de “Coordinación Federal de la mano de represores de la talla de Evaristo Basteiro, jefe del centro clandestino que funcionaba en esa dependencia. También supo brindarle “servicios” a la Marina. El caso por el que ahora podría ser extraditado aparece registrado con el número 1076/1163 en la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep). Fue la propia familia de Abriata quien testimonió que el día de la desaparición de Hernán el oficial que estaba a cargo del operativo se presentó como “Sandoval, de Coordinación Federal”. Churrasco trabajaba en ese entonces en la Comisión de Asuntos Políticos, a cuyo frente estaba el comisario inspector Evaristo Basteiro, también patrón “del centro clandestino que funcionaba en dependencias de la Superintendencia de Seguridad Federal”.

Durante la democracia, la carrera de Mario Sandoval es una estela de artimañas. Su sobre nombre, sin embargo, conducía siempre a los testimonios más desgarradores de los sobrevivientes de la ESMA. Durante 1984, en una declaración de la Conadep, se menciona a “Churrasco” como “agente operativo” del GT3.3. La nota de 2008 aparecida en PáginaI12 le puso una identidad a ese Churrasco: se trataba de Mario Sandoval. “Era un tipo muy extraño, hacía inteligencia, un tipo intelectualmente de los más preparados dentro de la ESMA y muy jodido. Si te podía boletear, te boleteaba. Sabía realmente lo que estaba haciendo y lo que quería”, declaró Alfredo Buzzalino, sobreviviente de la ESMA. Sandoval desapareció de los radares hasta que, en 2002, emergió en la Escuela Superior de Guerra con el título de delegado de la Unión Europea para conversaciones de paz en Colombia. Acudió junto a dos colombianos, uno de los cuales se identificó como “comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia”, los sangrientos grupos de paramilitares colombianos al mando de Carlos Castaño. La vinculación de Sandoval con Castaño y los paras remonta a finales de los años 90 cuando el jefe de las Autodefensas y su mano derecha, Salvatore Mancuso, lo convocó junto a otro personaje argentino, Juan Rubinni Melato, para que los asesoraba en el proyecto político consistente en “refundar la patria”. Su paso por tierras colombianas y sus contactos con los paramilitares están perfectamente documentados por los mismos protagonistas de un famoso episodio de la historia colombiana: la reunión de Santa Fe de Ralito. Ese lugar evoca dos capítulos: el documento firmado el 15 de julio de 2003 por el gobierno de Colombia y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) para “dar inicio a una etapa de negociación (…) a través del fortalecimiento de la gobernabilidad democrática y el restablecimiento del monopolio de la fuerza en manos del estado”. Antes, en 2001, remite a un pacto secreto con la presencia de congresistas y actores regionales mediante el cual los paramilitares se organizaban para ocupar el espacio político del país. Las negociaciones entre la AUC y el Estado comenzaron en 2002 pero Sandoval ya frecuentaba los paras en junio de 2001. El diario colombiano El Tiempo contó que un ex funcionario del ex presidente Álvaro Uribe, Luis Carlos Ordosgoitia, se refería  a Sandoval y a Rubinni como “profesores de La Sorbona”. Otros presentes en las reuniones de Santa Fe de Ralito contaron que los dos argentinos ambos “hablaron de la creación de un movimiento comunitario y político que defendiera las ideas de las Auc y condujera a un proceso de paz”. En 2006, invitado por la cámara colombo-francesa, Sandoval dio una conferencia en la Escuela Superior de Guerra donde estuvieron presentes 17 nuevos generales de las Fuerzas Militares y 6 cargos de la Policía. Desde entonces, Churrasco viajó a varios países invitado como “asesor” del ex presidente francés Nicolas Sarkozy y con la etiqueta de profesor de la Universidad París III, o experto en conflictos internos de América Latina.

Sandoval se vistió con muchos trajes: consejero de Sarkozy, miembro de los grupos que mediaron para liberar a la colombiana Ingrid Betancourt secuestrada por las FARC, profesor en el Instituto de Altos Estudios de América Latina de La Sorbonne Nouvelle y de la Universidad de Marne-la-Vallé, etc, etc. Muchas vidas falsas y un sólo pasado real. “Es una gran victoria. Teníamos la esperanza de que la justicia francesa dejara de ser el refugio de grandes criminales”, dijo la abogada Sophie Thonon-Wesfreid. El fallo sobre Ruanda pesaba sobre este pero la Argentina fue una excepción. Pese a haber atacado a la prensa, ha haber negado durante años que aquel Churrasco era el Sandoval que vivía con nacionalidad francesa, pese a que alegó la prescripción de los crímenes, Sandoval vuelva a su historia fundacional. La persistencia de la acción de las víctimas, la acción real de la verdadera prensa que se basa en la información y no es histerias morales o ideológicas, el trabajo infinito de la abogada francesa Sophie Thonon y ahora, la decisión de La Corte de Casación termina con la ficción de un asesino que quiso ser bueno en París.