Uno de los diputados tucumanos a quienes durante el Te Deum del 25  de mayo el arzobispo provincial interpeló públicamente, y por su nombre de pila, para que votaran en contra de la legalización del aborto, abrió una consulta popular en Internet para decidir su voto. Facundo Garretón  (Pro), uno de los presionados por el cura Carlos Alberto Sánchez durante su homilía de la semana pasada, explica en su página (https://propuestas.facundogarreton.com) que el debate “es un pedido de gran parte de la sociedad” y que está “convencido que nadie, ninguna persona está en contra de la vida, todos de una u otra manera estamos a favor y todos nos merecemos estar cada día mejor, para eso hace falta debate, diálogo, consenso y mucho respeto, más allá que las cosas no siempre sean como nosotros pensamos o nos gustaría”. En el texto, el legislador advierte que su posición personal es contraria a la práctica, pero que “se vota si una persona debe ser juzgada y hasta ir presa por abortar. Esto no significa que se va a votar a favor o en contra del aborto”.

Garretón es uno de los nueve legisladores tucumanos a quienes el arzobispo provincial increpó durante el sermón de la semana pasada, salpicado permanentemente con referencias al debate en ciernes. “Yo, Carlos Alberto, quiero llamarlos por su nombre a ustedes, Beatriz (Ávila), Teresita (Villavicencio), Gladys (Medina), Alicia (Soraire), José Fernando (Orellana), Facundo (Garretón), Pablo (Yedlin), Marcelo (Santillán) y José (Cano), diputados tucumanos, para decirles que tienen un nombre porque tienen vida y tienen la responsabilidad que les ha confiado el pueblo tucumano: voten por la vida, por el cuidado y defensa de la vida de todo argentino, porque vale toda vida”, había dicho el cura Sánchez. Un día después, seis de los nueve representantes aludidos aseguraron al diario tucumano La Gaceta que, cuando se trate la legalización del aborto en el recinto, votarán de acuerdo al pedido de Sánchez. Solamente dos diputados discreparon abiertamente con el jerarca eclesiástico: Villavicencio (en nombre del Estado laico) y Yedlin (quien advirtió que su mirada es “sanitaria”).