La cumbre de dos días de siete de las naciones más industrializadas (G7) comenzó ayer en la ciudad canadiense de La Malbaie en un tono de inusual confrontación entre el presidente estadounidense Donald Trump y sus aliados tradicionales. Uno de los momentos más picantes de la reunión ayer fue cuando Trump propuso volver a incluir a Rusia en el grupo, lo cual fue rechazado por casi todos los presentes. 

El presidente estadounidense, que viajará hoy antes del final de la cumbre  a Singapur para asistir una cumbre con Corea del Norte, dijo que quiere que el G7 vuelva a convertirse en el G8 con la inclusión de Rusia. Moscú fue expulsado del grupo tras la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014. “Rusia debería sentarse a la mesa de negociaciones”, dijo Trump en Washington antes de partir a la cumbre del grupo en Canadá. Esa posibilidad es rechazada, entre otros países, por Alemania y Canadá.

El único de los presentes que apoyó la propuesta estadounidense fue el primer ministro italiano, Giuseppe Conte. “Rusia debe volver al G8. Esto va en interés de todos”, tuiteó el premier desde la cumbre del G7 en Canadá. El nuevo Gobierno italiano, integrado por el partido ultraderechista Liga Norte y la agrupación populista Movimiento Cinco Estrellas, aboga por que la Unión Europea refuerce sus vínculos con Rusia y defiende el levantamiento de las sanciones impuestas a Moscú. 

Dentro de territorio estadounidense, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, rechazó rotundamente la propuesta. “El presidente Trump está convirtiendo nuestra política exterior en una broma internacional, que causa un daño persistente a nuestro país, sin ningún tipo de explicación o razón”, apuntó el parlamentario en un comunicado. “Necesitamos que el presidente sea capaz de distinguir entre nuestros aliados y nuestros adversarios, y tratar a cada uno en consecuencia. En una cuestión tras otra, ha fallado haciendo eso”, insistió Schumer. A juicio del líder demócrata, la idea de Trump de invitar de nuevo a Rusia al G7, justo después de que interfiriera en las elecciones para apoyar su campaña dejaría a millones de estadounidenses con  sospechas.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk también rechazó frontalmente la propuesta del mandatario estadounidense. “Dejemos el G7 como está ahora. El siete es un número de la suerte, al menos en nuestra cultura”, afirmó el funcionario europeo, que también está presente en la cumbre junto con el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker así como representantes de organismos internacionales y líderes de 12 países invitados, entre ellos el presidente Mauricio Macri.

“Lo que más me preocupa es que el orden internacional basado en normas está siendo atacado. Y lo que es bastante sorprendente no por los sospechosos habituales sino por su principal arquitecto y garante, los Estados Unidos”, continuó Tusk. Poco antes de viajar a Canadá, Donald Trump había insistido en que viajaba para exigir trato justo en el comercio hacia su país, un tema que lo enfrentó  con el presidente de Francia, Emmanuel  Macron, que adoptó un tono inusualmente duro, y el primer ministro deCanadá, Justin Trudeau.

La cumbre concluirá hoy y está centrada en la pugna que mantienen la Unión Europea (UE) y Canadá contra Trump por la imposición de aranceles al acero y el aluminio por parte de Estados Unidos, que alega razones de seguridad nacional. “Quiero ser muy claro, los valores del mercado y el orden basado en reglas son principios por los que merece la pena luchar y siempre los defenderemos, porque son los cimientos de las democracias liberales. De ninguna forma vamos a ceder en esto”, sentenció Tusk.  

Trump dijo que en La Malbaie defenderá los intereses de Estados Unidos y recordó antes de viajar que su país tiene un déficit de 151.000 millones de dólares con la UE y que el bloque también le pone barreras. “Por favor, díganle al primer minstro Trudeau y al presidente Macron que le están imponiendo a Estados Unidos aranceles masivos y creando barreras no monetarias”, escribió el magnate.La guerra comercial entre Trump y sus aliados tradicionales europeos se desató cuando el mandatario estadounidense anunció la imposición de aranceles del 25% a las importaciones de acero y del 10% a las de aluminio de algunos países por un largo periodo de tiempo. La Comisión Europea contraatacó hace unos días al decretar, a su vez, la imposición de aranceles adicionales a productos de EE:UU:, una medida que entrará en vigor en julio.

“No debemos descartar un acuerdo 6+1”, había dicho antes Macron, en lo que se presenta como el escenario más probable: que no haya al final de la cumbre un acuerdo con Estados Unidos alrededor de una declaración conjunta y que Estados Unidos termine marginándose del documento final. Otro tema a tratarse hoy será la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear de Irán (y que los países europeos defienden) y los temas propios de la agenda oficial, en la que figuran asuntos como equidad de género, economía incluyente y océanos.  Cientos de personas protestaron en la ciudad de Quebec contra la cumbre del G7, con carteles que decían “el G7 no nos representa”. Los manifestantes gritaron también eslóganes como “¡No a las deportaciones! ¡Abran las fronteras!”, en medio de un gran operativo de seguridad de entre  9.000 policías en La Malbaie y en Quebec.