El ex secretario letrado del fiscal Alberto Nisman Víctor Manuel Antao Cortez declaró ante el Consejo de la Magistratura que un escrito elogioso hacia la labor de Cristina Fernández de Kirchner en el caso AMIA fue firmado por Nisman en octubre de 2014, en noviembre y cree también que en diciembre de 2014. Así queda probado que el fiscal mantenía, paralelamente, listos para presentar, dos textos: uno acusando a CFK y al canciller Héctor Timerman por encubrimiento por impulsar el Memorandum con Irán y otro en el que, aunque cuestionaba el tratado con el país persa, consideraba que era un esfuerzo por avanzar en el caso AMIA. Antao Cortez contradice la  declaración de otra secretaria letrada de Nisman, quien sostuvo que el fiscal ya había cambiado de opinión y que la firma en el texto elogioso era anterior. 

La declaración de Antao Cortez se produjo en el marco del expediente que se le abrió al juez Daniel Rafecas en el Consejo de la Magistratura. Rafecas desestimó la denuncia de Nisman por inexistencia de delito y luego —sólo a manera de explicación— detalló en su fallo que nunca se concretaron los hechos que el fiscal señalaba en su texto: ni se levantaron las alertas rojas, ni hubo intercambio de petróleo por granos, ni se armó ninguna pista alternativa a la de los iraníes. Sobre el final de su fallo, Rafecas también mencionó que Nisman tenía firmado un texto paralelo en el que no denunciaba a CFK y Timerman, sino que los elogiaba. En ese escrito, era igualmente crítico del Memorandum, pero decía que se había firmado con la intención –equivocada, según él– de hacer avanzar la causa. 

Antao Cortez declaró hace una semana en el Consejo y explicó él y la otra secretaria letrada, Soledad Castro, eran los redactores de los escritos de Nisman. El fiscal daba los lineamientos generales y supervisaba los textos. 

La presidenta del Consejo le preguntó: 

–¿Nisman dejaba documentos firmados que después no utilizaba? ¿Era común? ¿Le consta?.

–Me consta que este expediente (el paralelo) estaba firmado  —contestó Antao Cortez–. De hecho, en este en particular lo pregunté específicamente por qué lo firmaba o por qué lo dejaba firmado.

–¿Y en qué fecha?– volvió a preguntar la presidenta.

–¿Este último? Y, era de diciembre, calculo. Lo había firmado en octubre (2014) y lo había firmado en noviembre (2014) y le iba cambiando la última hoja.

Es decir que Nisman, en paralelo a la denuncia contra CFK (que según dijo estaba preparando desde hacía mucho tiempo), firmó un texto para presentar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en el que pedía sanciones progresivas contra Irán. Era la fórmula que él creía debía utilizarse para presionar a Teherán para que entregue a los sospechosos. Era era una estrategia descabellada, porque tanto Rusia como China (integrantes del Consejo de Seguridad y por lo tanto con poder de veto) votaban con Irán. Pero en esa presentación ante las Naciones Unidas, Nisman era elogioso con Néstor y con Cristina Kirchner y señalaba los esfuerzos que ambos habían hecho para avanzar en la causa AMIA. Era un escrito opuesto a la denuncia contra la ex presidenta: no la consideraba encubridora sino protagonista de una lucha por juzgar a los sospechosos. 

La otra secretaria de Nisman, Soledad Castro, que se acercó a la ex pareja del fiscal, la jueza Sandra Arroyo Salgado, sostuvo que Nisman había cambiado de opinión y que le ordenó cambiar el escrito para las Naciones Unidas. Dio a entender que el texto no tenia vigencia. Antao Cortez le dio la razón a Rafecas: el escrito fue firmado en octubre, noviembre y seguramente diciembre, poco antes de presentar la denuncia por encubrimiento y poco antes de la muerte de Nisman. 

La existencia de dos documentos exhibe el plan de Nisman de jugar a dos puntas. Está probado que alguien lo convenció de que la procuradora Alejandra Gils Carbó lo estaba por remover de su cargo, entre otras cosas porque era un reclamo de buena parte de los familiares de las víctimas del atentado. Las agrupaciones, como Memoria Activa, señalaron que Nisman no trabajaba en la investigación y que se la pasaba viajando. Además hubo un hecho fuerte en diciembre: la presidenta echó al jefe de espías Jaime Stiuso de su puesto en la ex SIDE. Nisman y Stiuso eran un dúo que funcionaba en conjunto y es posible que el fiscal haya pensado que el despido de Stiuso derivaría en su propio desplazamiento. De esa manera, los dos escritos se explican con cierta lógica:

  • Si no lo echaban, iba por el texto pidiendo sanciones para Irán en las Naciones Unidas y mantenía buenas relaciones con la administración de CFK. 
  • Si concluía que lo estaban por echar, presentaría la denuncia por encubrimiento. Con semejante escrito –presentado a las apuradas, en plena feria judicial– era difícil que lo pudieran echar en febrero, al regreso de las vacaciones. 

Más allá de ese análisis, lo concreto es que Nisman había firmado poco antes de su muerte un texto en el que lejos estaba de considerar a CFK y a Timerman como encubridores. Así lo certificó uno de sus secretarios más directos. 

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