El Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) se declaró en estado de alerta y movilización nacional ante "la decisión del Estado de dejar en manos del mercado los designios de la industria", y debido al aumento de las importaciones en la industria automotriz.  El gremio que conduce Ricardo Pignanelli advirtió que "el 75 u 80 por ciento" de los 9 mil vehículos que se venderán este año "son importados" y puntualizó que "la industria automotriz está en peligro y el futuro de los mecánicos es incierto".

"Los titulares periodísticos y los anuncios se contradicen con la realidad", indicó Smata a través de una solicitada y explicó que "la liberación de importaciones, el incumplimiento del intercambio comercial automotriz con Brasil" y "una política monetaria con intereses desorbitantes y mercado cambiario liberado, jaquea a la carrocera Metalpar, que podría cerrar su planta".

El texto critica que el gobierno de Cambiemos "pretende que la actividad sea el estandarte de crecimiento de una política económica que poco entiende lo industrial" pero, mientras tanto, "Faurecia, Brembo, Deutz, Fran, Honda y Yamaha plantean suspensiones y despidos al no poder competir con la importación".

"Mercedez Benz, General Motors y Ford a partir de la reducción de la producción. No es posible el diálogo con quien no sabe escuchar. Estos problemas fueron denunciados ante Trabajo, Industria, Transporte y Comercio. El gremio siempre fue bien recibido y escuchado, pero nunca comprendido. El caso más emblemático de esa situación lo protagoniza la compañía Metalpar", prosiguió el documento.

El gremio explicó también que "luego de diez reuniones, el Estado decidió dejar en manos del mercado los designios de esta industria" y advirtió que "sin su intervención en el control de las importaciones, sin la protección a la manufactura nacional, sin respeto a la Ley de Autopartes y a los acuerdos comerciales, la industria automotriz está en peligro y el futuro de los mecánicos es incierto".

También aseguró que "los gremialistas son sabios y prudentes pero no están muertos", y afirmó que esos dirigentes pretendieron "tender un puente de plata y fueron tratados como enemigos, en especial por parte de la cartera de Trabajo".

"No nos condiciona nada ni nos extorsionada nadie. La fortaleza de los mecánicos, en unidad de concepción, llevará a la victoria sobre un enemigo sin rostro", concluyó.