Lionel Messi es todavía un nenito, tiene puesta una camiseta infantil de Newell’s y está sentado en el consultorio del médico, con los piecitos colgando de la camilla, a kilómetros del suelo. El doctor le dice, con una voz con cámara: “Lo siento, tienes un problema de crecimiento, tu cuerpo dejó de crecer”. El nenito se pone a llorar... y los que están mirando la pantalla, también.

Entre la maraña de comerciales mundialistas que copan las múltiples pantallas en estos días de fútbol sobre pasto ruso, hay uno que se desmarca y vuela: “Heart of a Lio”, una publicidad internacional de Gatorade, construye una verdadera biopic animada sobre Lionel Messi, que resulta muy divertida, y también –como suele pasar desde hace años con las publicidades futboleras– emocionante e inspiradora. La pieza dura casi cinco minutos y tiene una estética que bien podría asociarse con una superproducción de Pixar, por caso. Comienza cuando Messi era un niñito esmirriado que sorprendía en las canchas de Rosario en los duelos contra Central e hilvana, en una cronología, la llegada al Barcelona, los éxitos europeos, los flashes, los relatos en todas las lenguas y las oportunidades perdidas con la Selección Argentina. Sin embargo, sorprende el énfasis narrativo que “Heart of a Lio” pone sobre ciertos momentos duros de la vida del crack: la secuencia con el doctor tiene el impacto angustiante de una escena de Oscar. Y tal vez el espectador vuelva a quebrarse minutos después, cuando la versión infantil de Lio regrese, espectral, para dar consuelo al crack tras perder la final del mundo en Brasil. Pero... ¿es sólo una publicidad o, al mismo tiempo, un drama biográfico animado? PáginaI12 entrevistó a Javier Lourenço, director de “Heart of a Lio” junto a Antoine Quairiat, Emmanuel Verruno y Nicolás Presas, para la productora Gizmo. “Al ser un proyecto tan grande –más de 4 minutos de animación, más de 150 personajes, más de 20 escenas distintas–, tuvimos que meternos los cuatro directores de lleno en el proyecto, dividiéndonos las escenas y, por supuesto, supervisando todos el conjunto, a partir del guión que escribieron dos argentinos, Bruno Acanfora y Ariel Abramovici, que son los directores creativos globales de Gatorade”, aclara Lourenço y confirma el plantel detrás del corto.

–¿Cómo trabajaron sobre la historia de vida Messi?  

–El concepto de la pieza gira en torno a los distintos planes para parar a Messi. Estos planes fracasan una y otra vez, ya que él es imparable. El plan del técnico rival de las inferiores, su problema de crecimiento, el plan anti-caños, el plan del destino cuando pierde las tres finales... El corto siempre va en un sutil vaivén entre escenas de ficción y escenas de la realidad. Resumo esta biopic-publicidad como un mensaje de superación. Lio en su vida siempre se superó a sí mismo, afrontó todos los problemas y salió adelante a pesar de todas las dificultades.

–Además de los logros de Messi, el corto destaca momentos tristes. ¿Buscaron un Messi más frágil, “más humano”?

–Siempre la idea fue retratar al Messi humano, cercano, centrarnos en sus comienzos, su historia de vida infantil y mostrarlo como pocas veces se lo vio. Desde las primeras charlas que tuvimos con los creativos de la agencia, se buscó que el corto recorriera todos los géneros de relato posibles: comedia, drama, acción deportiva, épica, fantasía, como una “montaña rusa de sensaciones”. Es lo que hace que la historia sea tan emotiva, y a la vez, divertida. A nosotros, como argentinos, nos toca de cerca, pero por los comentarios en las redes vimos que el éxito viral no fue sólo entre los amantes del fútbol sino también en quienes gustan de ver buenas historias. Y al tratarse de animación, también ha influido mucho en un público joven e infantil.

–¿Tuvieron interacción con Messi, él vio el corto?

–En el proceso de aprobaciones, Lio siempre estuvo al tanto, por intermedio de su representante de imagen. Desde aprobar cosas del diseño de los personajes hasta para dar el visto bueno sobre las situaciones que estaban en el guión.

–¿Cómo encararon el trabajo visual? ¿Qué se propusieron en cuanto a la identidad estética de la pieza?

–Nos basamos en conceptos más cercanos al cine y nos alejamos un poco de la publicidad. No sólo a la hora de construir el relato, que, de hecho, tiene tiempos mucho más holgados que los de la publicidad, sino también a la hora de diseñar los personajes. Quisimos tratar a los personajes casi como esculturas, especialmente al Lio héroe. Trabajamos sobre rasgos más angulosos, casi facetados, que hicieron que se viera como una figura más épica. En las pieles de los personajes se nota este trabajo de buscar texturas más artísticas, aunque la ropa y los elementos de los ambientes tienen un look mucho más realista. Otro punto importante fue la iluminación: en lo que respecta a cinematografía, nos basamos en casi todos ejemplos del cine. Por ejemplo, la escena donde el pequeño Lio la descose en una gran jugada, tiene un guiño al animé.