El nuevo ministro de Producción, Dante Sica, ya recibió la primera pesada herencia de su antecesor, Francisco Cabrera: el conflicto en el INTI por los 258 despidos, seguido de una serie de denuncias de supuestos hechos de corrupción por parte del director del INTI, Javier Ibáñez, y otros funcionarios macristas. 

Ayer un grupo de directores y referentes técnicos de centros de investigación de desarrollo del INTI le pidieron a Sica que intervenga para solucionar el conflicto que ya lleva más de cuatro meses.

“Responsabilizamos a la actual conducción encabezada por Ibáñez por los despidos arbitrarios e injustificados y promover una reestructuración que llevará necesariamente al desguace institucional”, dice la misiva que enviaron a Sica. También advierten que no pueden firmar la carta con sus nombres por “las posibles consecuencias (...) ya que sobran los casos en los cuales los que se han manifestado han sido castigados de diversos modos”.