El dólar cerró ayer en 27,76 pesos, con un retroceso de 43 centavos. La cotización del mayorista se ubicó en 27,01, al disminuir 49 centavos. El anuncio del MSCI sobre la recategorización de la Argentina a país emergente y el ingreso de los dólares de deuda del Fondo Monetario Internacional dieron algo de tranquilidad esta semana en el mercado cambiario. La cotización minorista acumuló una baja de 70 centavos en los últimos dos días hábiles y de 1,10 pesos desde el viernes pasado. Las reservas del Banco Central anotaron ayer un incremento extraordinario de 14.792 millones de dólares, al registrarse la entrada del primer tramo del préstamo stand by del Fondo que por ahora se destina a financiar la fuga de capitales. La entidad subastó por segundo día consecutivo 100 millones de dólares para incrementar la oferta de divisas en la plaza cambiaria y disminuir presiones. 

Las reservas volvieron a 63.270 millones de dólares, una cifra equivalente a la que habían alcanzado en enero, cuando el país colocó bonos en el mercado de capitales internacional por 9000 millones de dólares y la autoridad monetaria le había comprado las divisas al Tesoro para acumular reservas. En ese momento el Central dijo que quería llegar a tener al menos 75.000 millones de dólares, pero la realidad fue muy diferente. La incertidumbre cambiaria obligó al organismo a desprenderse de cientos de millones de dólares a partir de abril para ponerle techo a la cotización de la divisa, lo que llevó a disminuir el stock de reservas por debajo de los 50.000 millones. En esta oportunidad el Central junto con el Ministerio de Hacienda dieron un cronograma más claro de cómo van a gastarse las divisas de la nueva deuda. Aseguraron que venderán hasta octubre unos 100 millones de dólares por día. Los montos pueden ser mayores si el ejecutivo lo dispone, según le adelantó anteayer Caputo al mercado.

La Argentina no está exenta de entrar en un nuevo ciclo vicioso de especulación. La apreciación de la divisa por ingreso de capitales especulativos, con una tasa del 47 por ciento, es un arma de doble filo. Colaboraría para transmitir calma en el corto plazo pero implicaría más presiones de mediano plazo, con un rojo de cuenta corriente y fuga de capitales en niveles record. Uno de los principales problemas del equipo económico es que tiene limitado su margen de acción: el Fondo Monetario y la agencia Morgan Stanley Capital Internacional le prohibieron avanzar en controles sobre la cuenta capital. El resultado es que los dólares de la deuda con el FMI no irán a generar nueva infraestructura o resolver problemas estructurales de la economía. Serán la principal fuente de financiamiento de la fuga de divisas. El Gobierno anunció que se usarán por lo menos 7500 millones de dólares para esto en los próximos tres meses.

El volumen de divisas operado ayer fue de 619 millones de dólares, una cifra 35 por ciento menor respecto del jueves. El complejo exportador, según consultores de la city, fue uno de los principales oferentes de divisas esta semana. En junio se desprendieron de 1500 millones de dólares, aprovechando el salto de la cotización. Esta situación de mayor venta de dólares se combinó con una apreciación de las monedas de los países emergentes respecto del dólar, en donde se destacó la baja de 1,5 por ciento del precio del peso mexicano y del 0,3 por ciento del real brasileño. 

Las altas tasas de interés en pesos del mercado interno fueron otro elemento que trajo algo de tranquilidad de corto plazo en la cotización. La tasa de las Lebac se negociaron en el mercado secundario al 41,0 por ciento para las letras a 26 días y al 40,9 por ciento para las de 117 días. El dólar futuro, mientras tanto, se operó a 27,09 pesos para finales de junio y a 27,96 pesos para julio.