Hace rato que el tango amplió las consignas instrumentales que delinearon su tradición. Alquímicas combinaciones fueron materializando nuevas formas de vitalidad que multiplicaron los caminos posibles para un género que, de distintas maneras, dejó de temerle a las novedades. Una de las más recientes tiene que ver con un cuarteto de cornos franceses, que en su primer disco aborda un repertorio de clásicos del género, además de una obra original que destila esencia. Bayres Horn se llama el ensamble formado por músicos que integran la fila de cornos de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Concertango es el nombre de su primer trabajo, que cuenta además con la colaboración de varios invitados. 

Fernando Chiappero, Luis Martino, Federico Schneebeli y Christian Morabito son los integrantes del cuarteto de cornos, un tipo de formación poco frecuente en las salas de concierto y definitivamente novedosa para los terrenos del tango. “Nos entusiasmó la idea de proponer un repertorio alternativo a la tradición del cuarteto de cornos, algo que se distinguiera de lo conocido. Hay muchas y excelentes formaciones de este tipo en el mundo, que abordan el repertorio tradicional, pero nuestro deseo es presentarnos en ese mundo con nuestra música, con el tango”, comenta Chiappero, que es además el autor de la mayoría de los arreglos, al comenzar la charla con PáginaI12. “Concertango nació como un espectáculo que fusiona la música ciudadana con elementos audiovisuales, danza y actuación –interviene Morabito–, con la idea de incluir al  espectador. Creemos que el público actual espera un cambio en las formas en que se presentan los conciertos; los formatos actuales responden a una tradición de muchos años, quizá sea el momento de ser creativos y proponer otras variantes que renueven el interés y el deseo de asistir no solo un concierto, sino a un espectáculo”. 

Un popurrí gardeliano abre un disco nutrido por temas clásicos, entre los que se destacan “A fuego lento” de Horacio Salgán; “Oblivion”, “Verano porteño” y “Adiós Nonino” de Piazzolla; “El firulete” y “Cafetín de Buenos Aires” de Mariano Mores; “Danzarín” de Julián Plaza, que se combinan con “Tango noctámbulo” de Gabriel Senanes, especialmente escrito para el cuarteto. “La idea era representar un recorrido por la historia del tango, pero no queríamos dejar de incluir un tango nuevo, una obra que nos pusiera en el desafío de asumir un estreno. Más allá del tango, Bayres Horn pretende representar a la música argentina y latinoamericana con nuestros instrumentos. Este es solo el comienzo de muchos proyectos que nos hemos propuesto hasta lograr abarcar todos los estilos de nuestra música. Hay una fuente inagotable de recursos que deseamos explorar, y vamos en camino a eso”, señala Martino.  

En un continuo ida y vuelta entre el lenguaje del tango y las posibilidades del corno se van delineando momentos atractivos, de lograda belleza, a lo largo de los catorce temas que configuran el disco. Sobre todo cuando el color del instrumento, la plasticidad del fraseo y el movimiento de las voces se ciñen sobre ciertos pliegues melódicos característicos de una forma de canción sentimental. “El corno no es un instrumento típico del tango, salvo algunos intentos de Mariano Mores y Piazzolla, por lo que el desafío tenía que ver con transferir la esencia del género en sus diferentes estilos a cuatro cornos para que interactúen con autonomía rítmica, armónica y melódica. Entonces imaginé el cuarteto como un gran bandoneón, donde las voces se combinen en un contrapunto constante, que no se termine en la típica melodía acompañada, sino que el grupo frasee, respire, articule y cante como si fuera un solo instrumento. También cuidando desde la escritura las características de los estilos y sobre todo haciendo que el corno se adapte al tango y no al revés”, explica Chiappero.

Pablo Mainetti en bandoneón,  Juanchi Francesconi en percusión y el cantor Alberto Tarantini son los invitados que complementan el trabajo del cuarteto. “En algunos temas quisimos fusionarnos con elementos tradicionales del tango, incorporar otros colores que le den al disco una dinámica y una variante sonora. Mainetti compuso una nueva cadencia para “Adiós Nonino”, Tarantini puso la voz para una notable interpretación de “Cafetín de Buenos Aires”, Francesconi aportó el color de la percusión en las milongas. Estos aportes no solo enriquecieron el disco sino que nos confirmaron que es posible la combinación del corno con elementos típicos tangueros para lograr un sonido nuevo, diferente”, agrega Morabito, que junto a sus compañeros piensa que buena parte del resultado tuvo que ver con el trabajo realizado en el estudio de grabación. “Elegimos grabar como si tocásemos en vivo, todos juntos, tal como sería en una sala de concierto”, explica. “No es fácil grabar cuatro cornos y mantener el sonido real del instrumento. Afortunadamente nos asociamos con un buen estudio, contamos con micrófonos de calidad y cuidamos la distribución, la forma de grabar. A eso se sumó el trabajo de consola, edición y mezcla, que resultó ser el otro cincuenta por ciento del resultado. Para eso contamos con el arte de Ricardo Sanz en la grabación, mezcla y masterización, un verdadero artista que nos aportó toda su experiencia, conocimiento y sobre todo su paciencia para llegar al resultado final que buscábamos”, agrega Martino. 

Disponible en el formato “físico” y también subido a plataformas digitales de distribución como Spotify, Itunes, Apple Music y Amazon, Concertango será presentado en septiembre en el “Encontro Brasileiro de Trompistas” de Porto Alegre (Brasil), donde además Bayres Horns estrenará una obra para cuarteto de cornos y orquesta. “También seguimos realizando la presentación del disco en un evento especial donde mostramos una especie de backstage de todo lo vivido en esta experiencia, nueva para nosotros, que fue grabar este álbum. Ya lo hicimos en Buenos Aires en el lanzamiento y en Mendoza. Próximamente lo haremos en Santa Fe y seguiremos por otras provincias hasta 2019, cuando lo presentemos en la apertura del ciclo “Intérpretes Argentinos” en la sala principal del Teatro Colón”, adelanta Chiappero.