Juan Cruz Ibáñez tenía 23 años, una carrera como programador y una vida por delante. Oriundo de Murphy, vivía y trabajaba en Rosario, y ayer fue asesinado en su departamento de Zeballos al 2100, a una cuadra de los Tribunales provinciales. La versión oficial indicó que a las 9.45 la fiscal de Homicidios Dolosos, Georgina Pairola, fue avisada del hallazgo del cuerpo del chico, con múltiples heridas de arma blanca. En tanto, las primeras medidas realizadas en el lugar del hecho no arrojan indicios de que se haya forzado la puerta de ingreso. Las primeras tareas de investigación fueron levantar manchas de sangre, tanto en el departamento ubicado en el segundo piso, como en el ascensor del edificio.
Fue una vecina quien pasadas las 9 encontró la puerta del departamento entreabierta y al entrar halló el cuerpo del chico tendido al costado de la cama, en la habitación, con marcas de múltiples puñaladas. En tanto, se pudo saber que también el auto del muchacho, un VW Gol estacionado en la cochera, tenía manchas de sangre y estaba chocado.
Trabajadores de la zona dijeron haber visto cómo dos personas abordaron al muchacho y lo apretaron uno a cada costado del cuerpo para que ingresara al edificio. Ninguna de esas versiones fue confirmada aún, ya que a partir de ahora comenzará la toma de testimonios.
En el perfil de redes sociales del muchacho se puede ver que trabajó en un proyecto para mejorar la seguridad en el manejo de drones en una presentación para la NASA. "Era un chico joven que vivía solo. Alquilaba el departamento, un chico trabajador, profesional en el área de sistemas", dijo la fiscal. En la cuadra solo había conmoción.
Si bien varios vecinos hablaron de una zona insegura en determinados horarios, todos se azoraban al enterarse de que una persona fue asesinada. La familia y amigos del chico no dejaban de llorar, en la vereda del edificio. "Pedimos las imágenes de las cámaras públicas de las inmediaciones y todavía no hicimos el relevo de cámaras privadas porque estamos en el interior del departamento relevando la escena del hecho, que es lo más importante por el momento", agregó Pairola.
Ibáñez era miembro del equipo GeoDrone que presentó la propuesta "No me estrelles el drone". Planteaba el desarrollo de una plataforma que permitía a esos aparatos identificar factores climáticos, posibles colisiones, restricciones aéres y otras situaciones de riesgo. En la iniciativa proponían el uso de un GPS que permitía la disponibilidad inmediata de datos, minimizando peso y espacio y aumentando la velocidad de transferencia de esa información, sin necesidad de contar con conexión a internet. En 2016, el grupo estaba también integrado por otros estudiantes de Ingeniería en Sistemas en la Universidad Tecnológica Nacional e Ingeniería Electrónica en la Universidad Nacional de Rosario.