El paro del 25 de junio fue una contundente muestra de fuerza del movimiento obrero organizado. El reclamo de reapertura de paritarias en un contexto de aceleración de la inflación y el rechazo al programa económico del FMI, parecen haber limado las diferencias entre los diversos caciques sindicales. La confluencia de las diversas fracciones del sindicalismo en una única jornada de protesta paralizó al país y mostró la potente capacidad de acción que aún conserva la otrora columna vertebral del movimiento nacional. 

Como era de esperarse, desde despachos oficiales salieron a criticar la medida de fuerza indicando que generaba un elevado costo para la economía del país. “El paro de hoy le va a costar a los argentinos casi 29 mil millones de pesos. La única manera de sacar adelante nuestro país es trabajando”, señaló el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en su cuenta de Twitter. La cifra fue respaldada por una imagen de un cuadro difundido entre los medios de comunicación, que presenta un costo del paro inferior al señalado por el ministro (27.938 millones de pesos), con una supuesta distribución de la pérdida por sectores sin explicar cómo se llega a ese número.

El costo del paro estimado por el gobierno no deja de sorprender. En primer lugar por haber sido difundido el mismo 25 de junio por la mañana. Conocer el alcance del paro desagregado por sector de actividad antes de que la medida de fuerza se desarrollara plenamente es indicio de una increíble capacidad predictiva, o bien, de que los equipos técnicos de Hacienda mandaron fruta. La balanza se inclina hacia esa segunda opción cuando se compara la reciente estimación del costo del paro con la realizada hace poco más de un año, en el transcurso del anterior paro general. 

En abril del año pasado, el paro de las centrales obreras había costado 15.000 millones de pesos, según Hacienda. La comparación de las dos cifras muestra un incremento del 93 por ciento en el costo del paro, muy por encima de las cifras de inflación acumulados desde entonces y, ni que hablar, si se la compara con la evolución de los salarios. Si bien el acatamiento del último paro fue algo superior, nunca se podría llegar a un incremento tan brusco. 

Por otro lado, la estimación de Hacienda tiene implícito que la producción que se frenó el día del paro no puede recuperarse en jornadas posteriores. Eso sería cierto si la economía se encontrara produciendo al máximo de sus posibilidades, por lo que no puede incrementar la producción de los días posteriores. Sin embargo, dado que el plan económico aplicado por el gobierno genera un bajo nivel de actividad, especialmente en los sectores donde la medida tuvo mayor acatamiento, el supuesto costo del paro puede recuperarse fácilmente en jornadas posteriores. Además, si los trabajadores logran ser escuchados, recuperando parte de las pérdidas salariales ocasionadas por la inflación y dejando de lado el ajuste fiscal propuesto por el FMI. En ese caso, la economía podría volver a reactivarse y el costo del paro se transformaría, finalmente, en una ganancia.

@AndresAsiain