Desde Brasilia

En clave futbolística Luiz Inácio Lula da Silva felicitó al “compañero” Andrés Manuel López Obrador por su triunfo en los comicios presidenciales del domingo. El líder del PT citó la victoria del seleccionado verde-amarillo sobre México 2-0 por los octavos de final de la Copa del Mundo. “En la bola gana Brasil, pero en democracia México nos dio una lección al elegir al compañero López Obrador”, del izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).

“Brasil hizo contra México su mejor partido en la Copa, si continúa jugando con espíritu solidario tiene chances de llegar a la final”, analizó Lula. Pero lo que más cuenta para el líder del Partido de los Trabajadores es el terremoto causado por MORENA, cuyas réplicas pueden hacer temblar el subsuelo político de la región.

“Buena suerte al nuevo presidente mexicano, cuide de todos, pero con un cariño especial a los más pobres, viva la amistad de Brasil y México”, tuiteó Lula a través de alguno de sus colaboradores ya que le está prohibido acceder a internet y mantener contacto con otros detenidos de la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba.

Ese régimen de aislamiento así como otras arbitrariedades ocurridas a lo largo de su proceso fueron denunciados por sus abogados ante Naciones Unidas. Lo mismo hizo el mes pasado el ex canciller Celso Amorim durante una visita a Francia donde expuso ante diplomáticos y políticos de aquel país.

Para Amorim la  prisión de Lula “movida por razones políticas” y el triunfo de López Obrador en México deben ser “comprendidos”  en una perspectiva continental. “Brasil y México son las potencias más importantes de América Latina, sumados tienen unos 330 millones de habitantes, López Obrador fue victorioso con más del 50 por ciento y Lula será ganador si lo dejan ser candidato en las elecciones de octubre”, observó Amorim en diálogo con Página/12.

Para el diplomático, el PT y MORENA son fuerzas políticas que expresan alternativas al modelo conservador imperante.  “La victoria de López Obrador puede demostrar la falencia de este modelo neoliberal a ultranza, que es el que vemos en México con una subordinación económica exagerada con Estados Unidos”, como la llevada a cabo por el saliente mandatario Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI). “Con López Obrador México pasa a ser un ejemplo para Brasil y para América Latina en general”, completó Amorim.

El campo progresista tuvo una referencia en Brasil durante la década pasada cuando Lula se alió a los gobiernos de Argentina, Venezuela, Bolivia y Uruguay. Amorim menciona algunos “hitos” de la diplomacia coordinada de esos países como la creación de Unasur y la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe).

Recuerda que  el mexicano Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN),  fue un aliado de George W. Bush en la Cumbre de las Américas de 2005 en Mar del Plata, cuando la troika Lula-Kirchner-Chávez derribó el proyecto del ALCA.

Con la derrota del bipartidismo del PRI y el PAN , México dejará de comportarse como un apéndice diplomático de Washington. “Pensando de aquí en adelante creo que López Obrador se va a volcar más hacia América Latina, eso es muy importante, va a tener una mejor comprensión de la situación de Cuba, va a tener una actitud más abierta con Venezuela sin que eso signifique coincidir con todo lo que haga el presidente Nicolás Maduro”.

En ese sentido el ex canciller de Lula menciona la reciente gira del vicepresidente Mik Pence por Brasil y Ecuador. “Hay que estar en alerta” porque no se puede descartar un plan para desestabilizar la región empenzando por un sabotaje contra el gobierno venezolano. "Hay sectores de la derecha y ultraderecha norteamericanos que apuestan a este tipo de aventuras", añadió.

“¿Para algunos Obrador es un Lula a la mexicana, comparte esa semejanza?” preguntó este diario a Amorim. “Hay semejanzas y diferencias, Brasil y México no son idénticos, las circunstancias políticas actuales no son idénticas a las de hace 16 años cuando Lula fue electo”, respondió.

“Si tuviéramos que marcar las semejanzas podríamos decir que para América Latina, este López Obrador de 2018 es parecido al Lula de 2002. López Obrador podrá recuperar la vieja tradición diplomática mexicana de no injerencia y solución pacífica de los conflictos, creo que va a tener una posición favorable al diálogo y la negociación en Venzuela”, planteó Amorim. “Y si hacemos memoria vemos que Lula, cuando llegó al gobierno impulsó el Grupo de Amigos de Venezuela, que fue de extraordinaria importancia para contribuir a una salida de la crisis que enfrentaba Hugo Chávez en aquel momento”, finalizó.