El documento que el equipo de técnicos del Fondo Monetario elaboró para que el directorio del organismo internacional evaluara el caso argentino antes de aprobar el auxilio financiero de 50 mil millones de dólares, reúne todos los ingredientes del ajuste fiscal clásico. Difundido anteayer, dispone la reducción del gasto público, despido de empleados del Estado, congelamiento de vacantes en el sector público y disminución del salario real de los trabajadores estatales. Incluye también el remate de activos estatales, reforma previsional y flexibilización laboral. El objetivo principal es bajar el déficit fiscal hasta alcanzar un superávit suficiente para garantizar el pago de la deuda. ¿Cuántos años de ajuste fiscal serán necesarios para alcanzar esa meta? El acuerdo es por 36 meses, pero como este tipo de ajuste deriva en nuevas crisis que exigen otras negociaciones con el FMI, el reclamo del ajuste será permanente. Grecia es un espejo para la Argentina de Macri.   

A fines de junio, la troika del Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el FMI definió un nuevo acuerdo de alivio de la deuda de Grecia, extendiendo los plazos de repago en 10 años (del 2023 al 2033) de casi 100 mil millones de euros de préstamos de rescates anteriores. Los ministros de Finanzas de la eurozona definieron esa reestructuración de pasivos para una economía que está en crisis hace ocho años, con tres programas de rescate y sufriendo la peor depresión de una economía europea desde la Segunda Guerra Mundial. 

Christine Lagarde, directora gerente del FMI, aprobó el acuerdo pero señalando que tenía “reservas” sobre la sostenibilidad de la deuda de largo plazo de Grecia. La clave de la refinanciación es la promesa que brindó el gobierno griego: como condición para conseguir el alivio en el pago de una porción de la deuda, se comprometió a mantener un superávit fiscal primario del 3,5 por ciento del PIB hasta el 2022, para luego seguir con uno de 2,2 por ciento en promedio hasta el 2060.

Un ajuste permanente para los próximos 42 años.