Desde Bogotá

Mientras los partidos políticos se enfrentaban por la distribución de cargos directivos en el Congreso que se posesiona hoy, el presidente electo Iván Duque avanzó en elegir su gabinete ministerial anunciándolo a cuenta gotas y causando sorpresas por el alto número de mujeres, entre ellas Nancy Patricia Gutiérrez, Ministra del Interior, que se estrenó prematuramente en sus funciones para calmar los ánimos entre los parlamentarios inconformes por resultar relegados en la repartición del poder. El ramillete de ministros, entre tanto, se abrió pasó sin problemas entre uribistas “pura sangre” y representantes de los gremios económicos. Algunos de los nombres anunciados resuenan por un pasado de tropiezos con la justicia, y otros por su destacado paso por empresas privadas, a falta de representar los intereses de la clase trabajadora, los indígenas, las víctimas del conflicto, y los líderes sociales que siguen llevando la peor parte tras el fin de la guerra con las Farc sin lograr que alguno de los nuevos ministros o el mismo Presidente electo les dedique atención.

Se destaca, sin embargo, lo paritario del nuevo gabinete en cumplimiento de las promesas de campaña. “Es un orgullo que el país tenga, por primera vez, una ministra del Interior”, afirmó el ex senador Iván Duque sobre la señora que estuvo investigada por los seguimientos ilegales a la oposición y la prensa desde el ya desaparecido –justamente por ser un ente corrupto– Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) durante el gobierno de Alvaro Uribe Vélez, mentor de Duque quien alcanzó la Presidencia en ballotage en junio pasado.”He creído firmemente en una sociedad donde se empodere el liderazgo de la mujer”, dijo el joven político que por vicepresidenta tiene a Marta Lucía Ramírez, ex ministra de Defensa, criticada por los movimientos feministas que la consideran machista y contraria a defensora de los derechos de las mujeres.

Otra mujer, que hasta la fecha ha recibido elogios por su gestión en el tema, será responsable de la cartera de Educación. María Victoria Angulo fue la secretaria de Educación en la Alcaldía de Bogotá de Enrique Peñalosa, mientras Gloria Alonso será quien dirija al Dirección Nacional de Planeación, una importante institución para la definición y financiación de políticas públicas. Además, Sandra Monroy, aún no confirmada en voz de Duque pero sí por medios como Portafolio.Co sería la nueva ministra de Tecnologías. Como la mayoría en el nuevo gabinete, viene del sector privado y favorecía intereses de empresarios en el gobierno que comienza. Monroy pasó por Claro Colombia, Terpel, Azteca Comunicaciones, y la Comisión Nacional de Regulación de Comunicaciones. 

Además, María Fernanda Súarez, de 44 años quien ha trabajado en la empresa pública de petróleos EcoPetrol, fue elegida ministra de Minas y Energías. Según el nuevo primer mandatario “con ella promoveremos una mayor diversificación de la matriz energética, la responsabilidad social y ambiental, la eficiencia y competitividad del sector”. 

Lo novedoso del grupo de Duque, además del número de mujeres, fue el nombramiento de Ricardo Lozano como Ministro de Ambiente, quien es declarado integrante de la comunidad lgbti. Sin embargo, sectores sociales le critican que representa los intereses de los privados pues viene de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi) como la ministra de Comunicaciones que proviene de Asomovil, la asociación de operadores móviles que en Colombia están en manos de privados, a excepción del operador Tigo de la empresa pública Une de Medellín, que podría estar vendiendo acciones próximamentes para superar el descalabro generado con su la tragedia del proyecto hidroeléctrico Ituango. 

 Y lo polémico tuvo que ver con el nombre de Alberto Carrasquilla, al frente de la cartera de Hacienda, por haber afirmado años atrás que el salario mínimo en Colombia es ridículamente alto. Lo hizo mientras ocupó el mismo cargo en el periodo presidencial del cuestionado Uribe Vélez. Por lo que analistas como Héctor Riveros opinan que una el gabinete de Duque refleja una “especie de tecnocracia integrada por una élite social e intelectual que se ha tomado los gobiernos en Colombia desde hace treinta años ha traído cosas positivas, por ejemplo, Colombia es un país moderno y con mucha menos pobreza que antes, pero también ha profundizado los mayores problemas de nuestra sociedad: la desigualdad y la exclusión”. 

Para Riveros, los nombres anunciados hasta ahora son mucho más viejos de lo esperado, egresados de las mimas universidades privadas de Bogotá, lo que significaría un centralismo en el gobierno próximo, y critica que la mayoría han nacido o habitado en los barrios de clase alta de la capital.

El nombramiento del Ministro de Defensa, Guillermo Botero, no ha sido menos polémico pues también proviene de las empresas, y no tiene conocimiento militar ni en derechos humanos en un momento crítico de transición de un país que está dejando atrás las insurgencias y debe enfrentar los retos del narcotráfico y la recién aprobada ley de sometimiento a la justicia de las bandas criminales (neo paramilitares, mafiosos o grupos ilegales al servicio de economías ilegales). Botero ha dicho, generando rechazo en la opinión pública, que reformará las leyes para la protesta social. 

Del mundo privado al público también hacen su salto Andrés Valencia Pinzón, que proviene de la Federación Nacional de Avicultores y será el Ministerio de Agricultura, y Jonathan Malagón, uno de los más jóvenes del gabinete, que será el Ministro de Vivienda. Egresado de la Universidad Nacional, la institución educativa pública más importante de Colombia, Malagón generó buenas reacciones entre sectores de centro e incluso en la oposición. Por último, se supo que Juan Manuel Restrepo será el Ministro de Comercio, que Juan Pablo Uribe, médico y experto en sanidad pública, dirigirá Ministerio de Salud, y que Gloria Borrero –quien trabajó con los ex presidentes Samper, Pastrana y Gaviria–  será la ministra de Justicia.