En una habitación relativamente pequeña y con techo bajo, Higuaín tiene que ir apagando las luces que se encienden en las paredes y el techo. El video difundido en las redes habla de preparación de la velocidad de reacción del futbolista. Por supuesto, voces tan autorizadas como las de Paco Seirul-lo y Fernando Signorini, que se cansan de explicarnos la inutilidad de esos experimentos para el futbolista y el fútbol, no son escuchadas debidamente. Esos actos, nos dicen Seirul-lo y Signorini, estimulan el sistema nervioso solo para lo que están haciendo, de ninguna manera se puede trasladar al juego, a la cancha.

Seguramente a Higuaín le iba a resultar mucho mas práctico, útil y reconfortante, un entrenamiento con la pelota y sus compañeros en la cancha,ensayando desmarques y jugadas de distracción para encontrar en los partidos mas situaciones de gol. Pero es inútil, la industria tecnológica aprovecha la ignorancia, en algunos casos, el desinterés, en otros, y el interés económico, en muchos, para promocionar esos “adelantos científicos” y venderlos muy caros. Cuentan también con el apoyo de parte de un periodismo seducido por una supuesta modernidad que contrapone a lo antiguo. Porque para muchos, moderno es sinónimo de bueno y antiguo de malo. El Quijote para esta gente no sería malo, sino malísimo dada su antigüedad.

La mayoría de los entrenadores, agobiados como están por las urgencias del triunfalismo, se abona también a estas novedades sin siquiera recapacitar un  momento en su utilidad. Cualquier cosa menos que los llamen antiguos.

He leído que los jugadores de River fueron sometidos también a una sesión parecida de tecnología de punta. Creo que eran juegos con playstation que con toda seguridad les servirá para manejar esos aportes científicos, tan necesarios por otra parte, pero de ninguna manera para jugar al fútbol.

Es como si los llevaran a una biblioteca a leer las obras completas de Sartre o de Borges (ojalá lo hicieran de verdad), con la intención de que mejoren futbolísticamente. Una pasión inútil, como decía Sartre del hombre, ya que hablamos del filósofo francés.

No es que esté en contra de la tecnología, al contrario. Aplicada en favor de las mayorías, y no en su contra como ocurre habitualmente, nadie puede estar en desacuerdo. Pero el fútbol es un hecho cultural, no tiene nada que ver con la ciencia o la tecnología. 

Que se puedan usar algunos datos y ciertos aportes, para apoyar conceptos futbolísticos, es posible. Pero nunca la tecnología o la ciencia pueden definir cuestiones que solo encuentran respuestas adecuadas en el fútbol, en el mismo juego.

Lo que también habría que reclamar a los futbolistas, sobre todo a los de mayor experiencia, es que no se sometan a cualquier cosa sin antes conocer de qué se trata.

Hace algunos años Luxemburgo, el entrenador brasileño, estaba en el Madrid y se le ocurrió , tal vez para convertirse en un adelantado en estas cosas de la modernidad, ponerles un pequeño audífono a los jugadores así él podía darles instrucciones durante el partido. Es decir, y según mi punto de vista, una falta de respeto absoluto a los jugadores y de paso al juego también. Bueno, la cosa es que algunos jugadores, ya consagrados, aceptaron experimentar con semejante ocurrencia en un partido amistoso.

Por suerte, la FIFA prohibió tamaño despropósito. No creo que la ética haya guiado su decisión, me inclino a pensar que no vio el negocio y no lo permitió.

En definitiva sigo creyendo que el fútbol no tiene mejor futuro que volver a su pasado, cuando entender el juego era la mejor opción y jugar, el mejor entrenamiento.