La crisis laboral suma nuevas víctimas industriales. La firma Motomel decidió paralizar la producción en su planta de La Emilia, en la provincia de Buenos Aires. Las suspensiones afectarán a los 450 trabajadores de la compañía. La medida fue acordada con el sindicato metalúrgico y se extenderá, por lo menos, durante dos semanas. La corrida cambiaria, el ajuste, la apertura comercial y la recesión resintieron la demanda de motocicletas. En mayo la empresa cesanteó alrededor de 130 trabajadores al no renovar sus contratos mientras que durante junio obligó a los asalariados a adelantar vacaciones. La Asociación de Concesionarios de Automotores (Acara) registró en junio una caída del 3,8 por ciento en las ventas de motos frente al mismo período del mes anterior. 

La industria destruyó 82.000 puestos de trabajo desde que comenzó la presidencia de Mauricio Macri. La actividad industrial cedió un 8,1 por ciento en junio frente al mismo período del año pasado. Fue el peor resultado mensual desde julio de 2002, en plena crisis de salida de la convertibilidad. A excepción de la industria siderúrgica, todas las ramas registraron caídas interanuales.

La suspensión de los 450 operarios de la planta de Motomel se prolongará hasta fin de mes. Las medidas fueron difundidas por el diario El Norte que funciona en San Nicolás y el portal Infogremiales. Desde el gremio indicaron que el acuerdo contempla el compromiso empresario para pagar una de las dos semanas de suspensión, con lo que a comienzos de septiembre deberán percibir las tres cuartas partes de sus sueldos habituales. Otro de los puntos acordados tiene que ver con la renovación de unos 200 contratos que vencían este mes durante un mes más. El último registro de Acara evidencia el impacto sobre el mercado que tiene la caída de los salarios y el encarecimiento del financiamiento.