Desde Rosario

Otra vez un edificio judicial fue blanco de un tiroteo: en este caso fue la sede del Ministerio Público de la Acusación, en Montevideo 1968. El frente del inmueble recibió, poco antes de las tres de la mañana, seis balazos que rompieron ventanas, vidrios de la puerta y dejaron rastros en la mampostería. Los tiros partieron, según el primer testimonio policial, de una moto enduro tipo Tornado que pasó veloz por Montevideo, seguida por un Renault 9. Luego de un rápido operativo y una larga persecución e intercambio de disparos, el coche fue interceptado en Avellaneda y bulevar Seguí. Seis personas fueron detenidas y los efectivos hallaron cuatro vainas servidas calibre 9 milímetros en el interior del auto. Son compatibles con los casquillos encontrados frente a Fiscalía. Rato después, cerca de las cuatro de la mañana, dos efectivos policiales, uno de la Policía de Acción Táctica y otro de Infantería, fueron detenidos en un procedimiento de Gendarmería, que los encontró en actitud sospechosa cuando se intercambiaban ropas en el acceso sur, con un tercero, civil, que tenía un cargador con balas nueve milímetros intacto. El dúo policial estaba sobre una moto de similares características a la del atentado, aunque nadie se atrevió a ligarlos directamente con el hecho. Al cierre de esta edición las viviendas habitadas por los detenidos estaban siendo allanadas. Para el jueves está prevista una masiva audiencia donde se acusará a los sospechosos, en caso de reunir pruebas para que prospere una imputación.

El nuevo ataque, que eleva a 14 el número de una saga con similares características, ocurrió en la jornada en la que un tribunal debe analizar las apelaciones a las condenas contra los cabecillas de la banda Los Monos.

El ataque de la víspera tiene un rasgo distintivo: esta vez hay nueve personas apresadas a minutos del hecho, lo que revela que la atención y la vigilia de los uniformados fueron distintas.