Los veinte acusados por crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino que funcionó durante la última dictadura en la Brigada de San Justo se negaron a declarar ayer, en la segunda audiencia que se celebró en el juicio que evalúa sus responsabilidades en esos hechos. Las querellas, no obstante, reclamaron explicaciones a la Justicia por las extrañas condiciones que para dos de ellos, Alejandro Menichini y Rodolfo Godoy, tiene el beneficio de la prisión domiciliaria ya que se los vio disfrutando de un “cafecito” en una cafetería del centro de Mar del Plata. 

Se supone que Menicchini, quien dirigió la Brigada de San Justo, por donde pasaron cerca de cien víctimas del terrorismo de Estado, y el represor del Ejército Godoy cumplen arresto domiciliario y solo obtuvieron permiso de la Justicia para acudir a la sede judicial marplatense para presenciar desde allí el juicio que se les sigue en La Plata por los delitos cometidos en el centro clandestino que integró el Circuito Camps. Ellos y el resto de los acusados, entre los cuales se encuentra el genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz, se negaron a declarar ayer.

Sin embargo, fueron vistos durante el cuarto intermedio de la audiencia de ayer, en un café ubicado en las cercanías de la sede judicial, como si estuvieran libres. Cuando el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata retomó la jornada, la abogada querellante de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, Guadalupe Godoy, exigió explicaciones. 

El juicio continuará dentro de dos semanas, el miércoles 29, con los primeros testimonios.