El ministro de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne, difunde que tiene pesos acumulados en exceso en las cuentas del Tesoro, que permiten cubrir todas las necesidades hasta fin de año. En caso de ser cierto, la cantidad de pesos no es el problema, sino la escasez de dólares. No hay suficientes billetes verdes para atender todos los compromisos de deuda ni el desequilibrio comercial y de cuenta corriente hasta fin del 2019. 

La clave de la inestabilidad cambiaria es que en el mercado no están convencidos del plan financiero oficial para atender ese frente. El panorama se ensombrece aún más porque están empezando a considerar que el equipo económico no es apto para administrar la actual situación crítica. Apuntan a la estrategia para desactivar la Bomba Lebac, que evalúan como más explosiva, y a la muy mala administración de la Bomba Letes en dólares. 

Por eso las excusas que diariamente se trasmiten cuando sube el dólar arrojan a sus propaladores a hacer el ridículo. En el comienzo de la corrida fue por la suba de la tasa de interés de los bonos del Tesoro de Estados Unidos por encima del 3,0 por ciento anual. Después fue por el desplome de la lira turca y hora por la caída del real brasileño y la incertidumbre electoral. Queda cada vez más claro que la crisis con megadevaluación del peso tiene su origen en la propia economía macrista.  

Dos economistas que transitan por senderos diferentes, Jorge Carrera y Walter Graziano, coincidieron, en sendos artículos publicados esta semana que terminó en El Economista y en Ambito Financiero, respectivamente, en calificar como peligroso el diseño para desactivar la Bomba Lebac.

Carrera escribió que desarmar la Bomba Lebac tiene mayores costos que los expuestos por el Banco Central y el Ministerio de Hacienda y Finanzas, que se miden en aumento del gasto fiscal y en más puntos de riesgo país. Explica que el desarme de la Bomba Lebac consiste en crear varias bombitas que no sean tan llamativas: Leliq, Nobac, Letes en pesos y dólares y encajes integrados con bonos, pero los costos son mayores que antes. Indica que si el Gobierno opta por no convalidar una tasa alta en las Letes para reemplazar las Lebac una parte de los inversores en pesos se pasarán a dólares, y señala que el BCRA no se ha mostrado preocupado con esta alternativa y ha indicado su disponibilidad a usar las reservas para financiar ese pasaje. Para advertir que “desentenderse de la evolución de las reservas cambiando las Lebac por dólares es una maniobra temeraria que quita una de las pocas anclas macro de la economía argentina”.

Un artículo de la agencia Bloomberg de Ignacio Olivera Doll suma números a esa estrategia del BCRA para desarmar la Bomba Lebac, que aumenta el tamaño y la proporción de la deuda de corto plazo: bajó 10 por ciento en dólares el stock total de Lebac, pero triplicó la de cortísima plazo con las Leliq a 7 días al subir del equivalente de 3036 millones de dólares (13 de agosto) a 10.361 millones de dólares (17 de agosto).

Graziano es contundente al afirmar que “las autoridades (BCRA y Hacienda) parecen tener un nivel de confusión conceptual pocas veces vista”. Para ser todavía más punzante: “Puede decirse que hasta un estudiante más o menos avanzado de la carrera de Economía puede sufrir el desconcierto que provocan las autoridades con este inadecuado manejo de las políticas fiscal y monetaria”. Esta sentencia la acompaña de una guía de cinco medidas de “mala praxis financiera”, que se reproducen en forma textual: 

  1. “Se dice que al Tesoro le sobran pesos y por eso se deja de vender dólares y el mismo día se anuncia que va a tomar pesos a plazos tan cortos como 3 meses”.
  2. “Si le sobran pesos al Tesoro se termina pagando un alto costo financiero al salir a colocar esa deuda”.
  3. “Se regenera el instrumento tóxico que se desea eliminar: las Lebac mediante estas Letes del Tesoro”.
  4. “Al no ser un instrumento de esterilización monetaria, la Lete termina expandiendo en vez de reducir la cantidad de dinero en la economía”.
  5. “El nivel de deuda pública que significa colocar la Lete en pesos termina por multiplicarse dado que los fondos generan más dinero, con ello más Letes y finalmente Leliq del Banco Central, solo en este punto saliendo los pesos de circulación”. 

Carrera y Graziano acuerdan que de esa forma no se está desactivando la Bomba Lebac, sino que se está potenciando una bomba general porque incrementa el déficit fiscal (financiero), aumenta la deuda en pesos por las tasas altísimas que se pactan y, a la vez, debilita el stock de reservas internacionales del Banco Central. El resultado que tendrá esta política monetaria, fiscal y cambiaria explosiva no será consecuencia de factores externos; será responsabilidad exclusiva de una economía macrista que es un flan, con la conocida acepción popular que se hace a ese postre y no con la ofrecida por un bufón del rey.