En medio de la corrida cambiaria, y mientras el dólar se dispara en algunas casas de cambio a 40 pesos, el Banco Central anunció una brutal suba de la tasa de referencia, que pasa a ubicarse en un 60 por ciento, quince puntos por arriba de la actual. La decisión se completó con un aumento en 5 puntos porcentuales los encajes, integrables con pesos, LELIQ o NOBAC.

A pesar de que el 13 de agosto el titular del Central Luis Caputo aseguró a través de un comunicado que no se volvería a modificar la tasa hasta octubre, al situarla en un ya elevado 45 por ciento, el Central volvió a recalcular. El BCRA explicó que la decisión se tomó en una reunión de urgencia “en respuesta a la coyuntura cambiaria actual y ante el riesgo de que implique un mayor impacto sobre la inflación doméstica”.

"Acentuar el control de la liquidez en el mercado de dinero sigue siendo fundamental para reforzar el compromiso anti inflacionario de la entidad", consideró la autoridad monetaria.  A la vez, aseguró que "la decisión sobre los encajes no alterará las excepciones y franquicias existentes" y "tampoco afectará a aquellas cuentas y depósitos denominados en Unidad de Valor Ajustable (UVAs) o en moneda extranjera".

Caputo se había comprometido a mantener estos niveles de tasa al menos hasta diciembre. Hace apenas tres semanas y media había dicho lo mismo, en medio de la batería de medidas anunciadas por el gobierno para frenar la corrida e intentar llevar algo de calma a los mercados.

Además de elevar la tasa de un 40 a un 45 por ciento, en ese momento se revisó la política de subastas de divisas con reservas y de licitaciones de lebacs. Se lanzó un plan para acelerar la disminución del del stock de Lebac cercano al billón de pesos, una deuda equivalente al 84 por ciento de la base monetaria y el Ministerio de Hacienda anunció que suspendería el pedido al Central para licitar en forma diaria 50 millones de dólares del préstamo del FMI.