El premio Nobel de Economía y ex economista jefe del Banco Mundial Joseph Stiglitz sostuvo que Argentina debería “incluir una reestructuración de la deuda”  entre las medidas necesarias para salir de la crisis a la que, a su criterio, la llevó la política del actual gobierno. “De lo contrario, los costos que probablemente se impongan a través de la austeridad serían demasiado grandes”, advirtió durante una entrevista con la cadena británica BBC Mundo. “Las medidas de austeridad que parece estar imponiendo (la política del gobierno de Macri) obviamente frenarán la economía e impondrán nuevamente un alto costo en la gente común”, agregó. “Al menos, aplazar los pagos inmediatos; pero sospecho, dada la magnitud de los errores económicos que se han cometido en los últimos años, que tendría que haber una quita en la deuda”, explicó luego.

 Stiglitz, nacido en Indiana (EE.UU.) hace 75 años, ocupó los cargos de vicepresidente primero y economista jefe del Banco Mundial entre 1997 y 2000, cuando se alejó con fuertes cuestionamientos a las políticas de ajuste recomendadas por el FMI a los países de la periferia como salida a situación de elevado endeudamiento. Esta postura lo había enfrentado con el entonces secretario del Tesoro de Estados Unidos, Lawrence Summers, quien forzó su renuncia. Un año después, en 2001, Stiglitz era galardonado con el Premio Nobel de Economía.

“Lo que me preocupa es que, una vez que se crea una crisis, como parecen haberlo hecho estas políticas de mala gestión de una forma previsible, el margen de maniobra está muy limitado”, dijo a BBC Mundo refiriéndose a la situación actual de la Argentina. Consideró que la situación externa del país es mucho peor a la que habitualmente se da como referencia. “Hay mucho optimismo irracional, tanto de parte de los prestatarios como de los prestamistas”, opinó. Y consideró que un buen consejo para el presidente Mauricio Macri sería que piense en plantear la reestructuración de los  vencimientos de la deuda del país. “Si eso excluye a la Argentina de los mercados internacionales, que probablemente no lo hará, puede que no sea tan malo”.

El catedrático de la Universidad de Columbia estuvo muy vinculado al proceso de renegociación de la deuda en default que planteó Argentina a partir de 2004. Fue un permanente defensor del derecho soberano de los países deudores a reestructurar el horizonte de pagos en función de sus necesidades de recuperación económica y social, y en ese plano apareció, en diversas oportunidades, enfrentado a las campañas lanzadas por los fondos buitre en contra del canje de deuda y reestructuración de pagos.  

Stiglitz recordó durante la entrevista con BBC Mundo que, en un artículo publicado en junio de este año (con la colaboración del economista argentino Martín Guzmán), había señalado que “Macri, cuando llegó, confió demasiado en la idea de que habría un ingreso de capital de inversión extranjera. Y cometió un gran error al recortar los impuestos a la exportación, que eran una importante fuente de ingresos, al aumentar el déficit, el monto que tenía que tomar prestado, el costo de los alimentos, y reducir los salarios reales de los trabajadores (...). Pero por lo que visto, ahora subió impuestos a exportaciones como parte de un paquete nuevo. Si lo hubiera hecho originalmente, no estaría en la situación extrema que está ahora”.

Siguiendo en la misma línea del análisis, Stiglitz recordó que en aquel artículo “también opiné que una parte crítica del error (de la política) fue el enfoque excesivo en las metas de inflación. Los tipos de interés excesivamente altos atraen capital que viene por algún tiempo y luego se va. Lo que me preocupa es que una vez que se crea una crisis, como parecen haberlo hecho estas políticas de mala gestión de una forma previsible, el margen de maniobra está muy limitado”.

Según el Nobel de Economía de 2001, “las medidas de austeridad que parece estar imponiéndose obviamente frenarán la economía”, con costos sociales que “serían demasiado grandes”, a menos que el gobierno opte por “incluir la reestructuración de la deuda” en su plan, con una quita incluida, “dada la magnitud de los errores cometidos en los últimos años”.

“Los términos que Macri acordó con los “buitres”, el enorme obsequio después de que Argentina sacrificó tanto, creo que fue desmesurado y le planteó a Argentina un problema a futuro. Y luego los términos en los que pide prestado también son inquietantes”, señaló. “Cualquiera del lado del prestamista debería darse cuenta de que tal vez no era algo bueno. Obtuvieron tasas de interés más altas, una prima de riesgo, y cuando te pagan más por la prima de riesgo tienes que enfrentar el riesgo. Ahora es el momento. Si la reestructuración de la deuda excluye a Argentina del mercado internacional, que probablemente no lo hará, puede que no sea tan malo”.

 Al ser consultado sobre la probabilidad de contagio de la crisis en Argentina, respondió: “Este es un problema particular para Argentina, pero una gran crisis para Argentina podría claramente afectar a los otros países a través de varios canales. Hay varios países, no voy a mencionar sus nombres, que creo que pueden estar maduros para una crisis. Si hay un par de ellas en un periodo corto, es un efecto multiplicador y podría crear una crisis en los mercados emergentes”.