Gracias a la crisis generada por el propio sistema capitalista por intermedio del gobierno de turno, emergen a la sociedad los más nefastos epifenómenos, entre ellos una intensificación de la flexibilización laboral solicitada por las patronales y admitidas por la burocracia sindical. Como ejemplo, el yacimiento petrolero de Vaca Muerta. Y entre otras calamidades, como se da en otros países del mundo, a mayor crisis más sentimientos racistas y xenófobos se expanden por el territorio y arraigan en la población. 

Hay muchas personas convencidas que los migrantes que provienen de otros países les quitan la posibilidad de trabajar a los nativos. Lo que no comprenden o no quieren comprender es que el hambre y la miseria no saben de fronteras.

La estigmatización está a la orden del día y los poderosos capitalizan estas mezquinas y perversas falacias que muchas mujeres y varones sostienen con fervor como verdades consagradas.

La explotación de los pobres y la pobreza es de antigua data, siempre que los desposeídos se hicieron sentir, la represión estatal ha sido inmediata: palos, gases, balas de goma y otros recursos persuasivos de vigilancia y castigo.

La nefasta ley 414 llamada de Residencia, se aplicaba a los inmigrantes insumisos para encarcelarlos y luego deportarlos.

En el presente, con otros mecanismos no tan diferentes, aun transcurrido más de un siglo, la represión estatal confirma que son los esbirros del capital que buscan esconder la pobreza atacando a los pobres. Represión a pobladores inundados en Pergamino, también en Rosario (barrio Las Flores), emboscada y ataque al pueblo Mapuche en Chubut, desalojo brutal a vendedores de Plaza Miserere en Once, Buenos Aires.

Crisis que se acrecienta, el autoritarismo que baja de las clases altas y lava cerebros a la clase media.

Cuatro décadas después del golpe cívico‑militar genocida del 76. Como es evidente, se percibe con claridad meridiana la destrucción de la trama de solidaridades básicas entre los de abajo.

No debemos permanecer impasibles.

 

Carlos A. Solero