La diputada nacional Graciela Camaño se mostró hoy crítica del gobierno nacional y anticipó un debate tenso por el presupuesto, al tiempo que rechazó la decisión de convertir el Ministerio de Trabajo en una secretaría y mostró su posición frente a la política económica. “El ajuste pegó fuerte en los sectores del trabajo, no sólo en los más desfavorecidos”, consideró al diputada del Frente Renovador.

“El Gobierno elevó un presupuesto el año pasado y ejecutaron otro diferente”, afirmó Camaño respecto del cambio en las metas de inflación. “El presupuesto que ahora van a presentar es un requerimiento del FMI, y el Poder Ejecutivo negoció de forma inconsulta con el Fondo”. Al mismo tiempo, dijo que “Macri posa para el FMI y nosotros no somos diputados del FMI”.

La legisladora manifestó, sobre el nuevo presupuesto, que “hoy no sabemos de qué se trata” y que “lo sabremos cuando venga el ministro de Economía al Congreso, lo demás es construcción mediática”. En ese sentido, apuntó a las provincias, “que tienen vicisitudes con el ajuste”. Apuntó que “hay decisiones que se toman” y afectan a las provincias. “Cuando el era ministro de Energía, Javier Iguacel le pasó la tarifa social a las provincias, ahora que es secretario, se la quitó”.

Para Camaño, “hoy se vive la segunda oleada del ajuste después de la de 2016”, que alcanza “a los sectores del trabajo y a la clase media, no solamente a los que más desfavorecidos que están fuera del sistema hace tiempo”, y deseó “que el Gobierno encuentre el rumbo”.

Como ex ministra de Trabajo en tiempos de Eduardo Duhalde, opinó sobre el hecho de que esa cartera ahora sea una secretaría. “No lo tomo como algo simbólico que le vaya a resolver la vida a la gente, me conmueve el desguace y que este gobierno piense que la seguridad social es un tema de asistencia social”. Agregó que “miro con preocupación” lo que puede pasar con la Anses “por sus fuentes de trabajo y el desarme de profesionales y líneas de trabajo”. Recordó que en su gestión entre 2002 y 2003 trabajó con los funcionarios del ministerio, “no llevé gente y armé un programa que cubrió a 2,2 millones para paliar la emergencia”.

Camaño opinó también sobre lo ocurrido en Chaco respecto de la muerte del Isamel Ramírez, de 13 años, por un disparo durante lo que se denunció como un saqueo. La diputada nació en Presidencia Roque Sáenz Peña, donde ocurrió el hecho. “Es una infamia adjetivar la muerte de un chico de 13 años, es algo que nos debería escandalizar”, dijo. Opinó que hubo “perversión” al hablarse de que se trataba de un chico armado “hasta que salió la maestra y le contó a los desprevenidos que lo destruían en las redes sociales que era un alumno ejemplar”. Consideró que “no hay justificación” y que “por mis familiares sé que fue una noche de mucho miedo”. Además, estimó que “hay que desterrar el 'por algo será' del pensamiento argentino, sea en la muerte de este chico o de un mapuche por la espalda”.

En cuanto a su fuerza política, afirmó que Sergio Massa “trabaja hace tiempo en el lugar donde lo pusieron los votantes” y que “no se puede construir un proyecto político sin propuestas y equipos”.  Contó que el líder del Frente Renovador tuvo reuniones privadas con los gobernadores, por fuera de su presencia en el Consejo Federal de Inversiones y que “la arquitectura electoral se ve en el camino, no hay que anteponer el carro a los caballos”, en alusión a eventuales candidaturas. “Massa no está acostumbrado a hacer política así, nosotros siempre fuimos a una elección con una plataforma”, dijo, y criticó que “Macri habló en la campaña de 2015 en forma muy forzada, hizo puro marketing”. En esa línea expresó su deseo de que “los argentinos sean cuidadosos en la próxima elección”, en el marco de una “coyuntura muy dura”, en especial para “las pymes, que afrontan tarifas y los cobros de los juicios de la Afip”.

Finalmente, dijo que desde su fuerza “no creemos en el diálogo con este Gobierno, que en tres años profundizó la grieta”. Por FM La Patriada consideró que “no tener una política de diálogo y construcción se paga caro” por querer creer en “la Argentina bipolar en constante pleito”.