Pichón, tu huella en la ciudad comienza en la clase de una escuela para adultos. El 24 de septiembre, aniversario del nacimiento de Gerardo “Pichón” Escobar, se conmemora el Día del Estudiante Adulto. Pichón era hermano, era tío, era amigo, era empleado de Parques y Paseos y era un entusiasta alumno de la escuela nocturna número 30. Quería terminar la primaria para seguir estudiando. “Habíamos quedado de acuerdo en que nos íbamos a anotar todos en la misma escuela para seguir juntos. Cuando empezamos la secundaria, nos tocó arrancar con una foto de él en la carpeta”, dice una de sus compañeras, Nancy Barragán, en el documental dirigido por Cecilia Sarmiento. Pichón desapareció el 14 de agosto de 2015, en la zona de Tucumán y Sarmiento. Las cámaras de videovigilancia filmaron una feroz paliza que le dieron patovicas del boliche La Tienda (Tucumán al 1100) y algunos testigos lo escucharon en un calabozo de la seccional 3ª. Una semana más tarde, el cuerpo sin vida de Pichón fue hallado en el río Paraná. Tres años después de su desaparición y muerte, los cinco detenidos que tuvo la causa fueron liberados, y no hay nadie preso. Los acusados eran un patovica, como autor material; otros dos como encubridores, y dos policías que realizaban adicionales también por encubrimiento. “No tenemos un responsable, o los responsables por la desaparición y posterior asesinato de mi hermano, no hay un culpable de cómo apareció el cuerpo de mi hermano flotando en el río. Ahí da la complicidad de la noche rosarina”, dice Luciana Escobar, hermana mayor de Pichón, que inició su militancia contra la violencia institucional a partir de la tragedia, y pudo convertir ese dolor en un reclamo colectivo.

En el inicio del documental, Adrián Gómez, docente, afirma que “desde hace un tiempo las cosas cambiaron en los barrios de la ciudad”. Las imágenes muestran movilizaciones contra la violencia institucional. “Este corto documental surge a partir de la propuesta que me hace un grupo de docentes que vienen trabajando hace un tiempo en la biografía de sus alumnos, que ya no concurren a la escuela porque fueron víctimas de la violencia policial”, cuenta Sarmiento, que combinó cuidado estético y compromiso militante en cada uno de los 25 minutos del documental. “Los docentes propusieron conmemorar el día del estudiante adulto el 24 de septiembre, que es la fecha de nacimiento de Pichón, como un emblema para hablar de la realidad de todos estos pibes y también de lo que pasa en ese sector de la educación”, agrega la directora.

Para Sarmiento, el desafío fue aportar en la construcción de otro relato, diferente al hegemónico. “Me parece que desde mi lugar de realizadora puedo hacer un aporte a que se escuchen esas voces. Muchas veces desde los medios escuchamos hablar de ellos como casos y no como personas que tienen una vida, y que tienen proyectos. Entonces, me gustó la propuesta que me hicieron y la tomé inmediatamente para aportar desde mi lugar a que se conozcan esos pibes y para que los docentes puedan trabajar en el aula con los estudiantes estas temáticas que los atraviesan a ellos en sus vidas”, dice la realizadora. Pichón, tu huella en la ciudad fue seleccionada entre 700 trabajos para formar parte del Festival Latinoamericano de Video y en ese marco se verá mañana, a las 17.30, en el Cine El Cairo (Santa Fe 1120). También se podrá ver el próximo jueves 20, a las 18, en Amsafé (Catamarca 2330) y como parte del proyecto, se exhibe en escuelas.

La elección entonces es la mirada de un maestro. Adrián Gómez recorre los lugares donde habitó Pichón, y escucha a quienes compartieron sus días, breves días truncados a los 23 años. Es un caleidoscopio que necesita luz para mostrar cuánto vacío dejó la muerte de Pichón. “Somos alumnos de la realidad que nos toca vivir”, dice Adrián, mirando al Paraná. Ese mismo río donde encontraron a Franco Casco y Pichón Escobar, víctimas de desaparición forzada de persona en 2014 y 2015.

La cámara acompaña, muchas veces desde atrás, a quienes buscan las huellas. Es una opción estética clara: el documental tiene otrxs protagonistas, la voz de la directora no prevalece. “Elegí como hilo conductor un docente porque me parecía una forma de articular los ejes que queríamos trabajar en este video, justamente que sean ellos mismos, los docentes representados por uno quienes cuenten esto que querían contar, y a la vez porque en Pichón fuimos descubriendo un pibe que estaba interesado en la educación no sólo para su vida sino porque también él enseñaba, no en el sistema formal pero sí en su lugar de trabajo, a los pibes de Parques y Paseos”, dice Sarmiento.

Una de las escenas del documental recupera el cariño de “la banda de Pichón”, chicos y chicas de la Escuela de Jardinería que lo tenían como referente en la dirección municipal de Parques y Paseos. En el recuerdo del mate de Pichón –que no les gustaba, pero ahora usan como recuerdo - y en otras anécdotas cotidianas queda uno de los legados. “Lo que aprendí fue eso, descubrir la lucha cotidiana que dan muchos pibes frente a la adversidad de las injusticias que hay, sobre todo para el pueblo trabajador, de cómo encontrarle la vuelta y poder ser un tipo solidario, como cuentan sus amigos y maestros, que le daba para adelante, ese interés por aprender, por enseñar, por transmitirles a los demás, todo eso que van contando las distintas voces”, dice la directora. En cada escena, aparece un Pichón vital, solidario, interesado en los demás.

Sergio Acosta, que fue maestro de la escuela donde Pichón concurrió cuando era pequeño –y que debió dejar para hacerse cargo de la familia-; Ana Lucas, su maestra en la escuela para adultos, las compañeras de curso, chicos y chicas de Parques y Paseos, van desgranando sus relatos.

La realizadora le destina un capítulo a Luciana, la hermana de Pichón. “Ella misma cuenta que surge a la vida política a partir de un hecho trágico que le pasa en su familia, y que rápidamente hace una experiencia con la justicia, con el estado, con la policía, y se transforma en una militante ya no sólo por su hermano sino por un montón de casos. Creo que es una referente importante, la respeto mucho, ayuda a otras familias a partir de su experiencia”, argumenta la directora su decisión de subrayar ese paso a la lucha colectiva. “Ese es el camino frente a toda esta injusticia, la lucha en la calle, en tribunales, contra las mentiras que dicen algunos medios. Ese también es un aprendizaje que dejó Pichón, que hay que luchar. Y me parece clave”, agrega.