La ex número uno del mundo, Serena Williams, perdió la final del US Open frente a la japonesa Naomi Osaka en un encuentro cruzado por la pregunta por la actualidad de algunas de las reglas del tenis, y en una escena que avivó el debate del sexismo en el deporte. Durante el partido Serena recibió advertencias de parte del árbitro de silla por haber, supuestamente, recibido consejos de su entrenador durante el juego, algo que está prohibido según el còdigo. También fue penalizada por romper su raqueta y por haber llamado al árbitro “ladrón”.

Durante la conferencia de prensa post partido, Williams volvió sobre su contienda con el árbitro para revisar lo sucedido como una muestra de sexismo. Y hubo también quienes sumaron a la lista el abuso de poder y racismo como componentes necesarios para entender el hecho. Uno de los argumentos de la menor de las Williams fue que los tenistas hombres se quejan, se frustran, insultan, tienen reacciones virulentas, muy seguido, y no son amonestados por eso. "Me quitó un punto después de que alegara que estaba haciendo trampa, y yo no estaba haciendo trampa. Tuve una buena conversación con él y en la misma le expliqué que me conoce y no soy el tipo de persona que haga trampa porque antes prefiero perder", explicó la deportista dueña de 23 títulos de Grand Slam y agregó "Luego, cuando me senté, hasta admití que pudo parecer que recibí entrenamiento, pero no lo vi".

"He visto a hombres llamar a otros árbitros varias cosas. Estoy aquí luchando por los derechos de las mujeres y por la igualdad ", explicó Williams. "Creo que el quitarme un game por ser mujer cuando le dije 'ladrón' es algo sexista. Nunca le quitó un game a un hombre porque le dijera 'ladrón'".

"Siento que el haber pasado por esta experiencia es solo un ejemplo para la siguiente persona que tenga emociones, quiera expresarse y desee ser una mujer fuerte. Se les permitirá hacerlo por lo de hoy. Tal vez no funcionó para mí, pero va a funcionar para la próxima persona", subrayó Williams.

Al margen de la polémica y de su mirada sobre los elementos sexistas de lo sucedido, Williams reconoció que Osaka fue la mejor en el partido y mereció ser la nueva campeona del Abierto de Estados Unidos. "Por eso pedí al público que dejase de abuchear en la entrega de los trofeos. Era su gran momento". "Ella (Osaka) jugó un partido increíble. Se merecía todo el crédito y ganar. Al final del día, eso es lo que era y lo que realmente cuenta".

Para Billie Jean King, ganadora en 1973 de la famosa “batalla de los sexos” contra Bobby Riggs, el hecho de que el juego de la joven tenista haya sido superior al de Williams quedó opacado. La superioridad técnica de Osaka “no es lo que muchos recordarán (de esta final). Para los fanáticos, el juego estelar de Osaka fue ensombrecido por una regla de tenis arcaico que eventualmente llevó a un abuso de poder”. ¿Hay elementos para pensar que el género de la deportista fue un elemento a considerar a la hora de examinar las decisiones del árbitro? Billie Jean King dice que sí. “Las mujeres somos tratadas de modos diferentes (que los varones) en la mayoría de las áreas de nuestras vidas. Esto es especialmente cierto en el caso de las mujeres de color. Y lo que ayer se jugó en la cancha pasa demasiado a menudo. Para en los deportes, en la oficina, en los espacios públicos. En última instancia, (Williams) fue penalizada por defenderse a sí misma”.

“Una mujer se enfrentó al sexismo y el partido continuó”, escribió Jean King en The Washington Post. Pero fue todavía más clara en un tuit en el que explica como una misma reacción es entendida como crisis nerviosa o lapsus de sinceridad según el género del protagonista: “Cuando una mujer es emociona, es una histérica y es penalizada por eso. Cuando un hombre hace lo mismo, se ‘expresa abiertamente’ y no hay repercusiones”, escribió la tenista ilustre para luego agradecer a Williams por dejar a la vista el “doble estándar”.

Para Jean King, este episodio leído en serie con otras controversias ocurridas este año en el mundo del tenis es una oportunidad para revisar los puntos de contacto entre algunas reglas obsoletas de ese deporte y el machismo. Un ejemplo de esto es la sanción que recibió la francesa Alizé Cornet que, al darse cuenta de que tenía la camiseta al revés, decidió dársela vuelta y dejar al descubierto un top deportivo que incomodó al juez de silla. Otro ejemplo involucra nuevamente a Serena y es, otra vez, un inconveniente relacionado con la ropa. Durante la última edición de Roland Garros, Serena fue sancionada por la Federación Francesa de Tenis por vestir un catsuit negro ceñido. Se le prohibió a la tenista que vuelva a usar ese atuendo y advirtió que habrá un dresscode más estricto para las jugadoras. El mono de la discordia había sido elegido por la deportista, que volvió a la cancha nueve meses después de haber dado a luz, como recomendación médica por sus problemas de coagulación en el posparto.