Cristiano Rattazzi señaló en una reciente entrevista que Mauricio Macri “merece un monumento por hacer sacado el cepo, el acuerdo con los holdouts y haber eliminado retenciones a las exportaciones”. El CEO de la subsidiaria argentina de FIAT se declaró “un enorme admirador de Federico Sturzenegger y de lo que está haciendo para reducir fuertemente la inflación”. Por último, tildó de “populistas” que “preocupan a los inversores” a diversos diputados de la oposición “por imponer impuestos e inmuebles no utilizados o reponer retenciones a la minería” para financiar la rebaja del Impuesto a las Ganancias en la cuarta categoría.

Es bastante paradójico que tilde de populistas a los diputados de la oposición por intentar gravar inmuebles no utilizados o a las exportaciones mineras. No sólo porque el impuesto a los inmuebles vacíos es habitual en la “civilizada” Europa o la “anglosajona” Australia haya grabado las rentas extraordinarias de la megaminería. Sino principalmente porque el populista que prometió en campaña eliminar el impuesto a las ganancias sin explicar cómo iba a financiarlo, fue su candidato al monumento.

También sorprende su admiración por “lo que está haciendo para reducir fuertemente la inflación” el titular del BCRA. Especialmente si se tiene en cuenta que la inflación pasó del 23 por ciento a comienzos de su mandato hasta el 40 por ciento que registró al cierre del pasado año. Cualquier gerente de empresa que aplicara un mínimo análisis de gestión por objetivos del desempeño de sus empleados, despediría al titular del BCRA. La admiración de Rattazzi parece poner en dudas sus cualidades en la gestión empresaria.

Respecto al acuerdo con los holdouts, se puede debatir sobre su necesidad, pero sin duda la negociación del actual gobierno no tuvo nada de admirable ya que pagaron prácticamente todo lo que pedían. La eliminación de las retenciones favoreció parcialmente a la industria exportadora, sin embargo favoreció centralmente al sector primario encareciendo el precio interno de las materias primas. El consecuente impacto en el bolsillo de la población disminuyó el mercado interno a donde dirige gran parte de las ventas FIAT y  demás automotrices. 

Por último, la salida del “cepo” favoreció las importaciones y la remisión de utilidades de las trasnacionales. Ello tal vez explique porque Rattazzi quiere un monumento para Macri. En el año de menor producción nacional de autos de la última década, con suspensiones y despidos masivos de trabajadores del sector, las ventas de concesionarios se incrementaron un 23 por ciento respecto a las de 2015. ¿Cómo se explica ese fenómeno? Por el record de importación de automóviles que permitió una agresiva política de ofertas junto a la venta de autos de lujo para los sectores de elevados ingresos favorecidos por la actual política económica. Una demostración de que los CEO de las terminales no defienden los intereses de la industria automotriz local, sino a empresas multinacionales en cuya estrategia global de negocios cabe dejar de producir localmente para transformarse en concesionarias de autos importados.

@AndresAsiain