Tras días de tensas negociaciones, ayer se logró un acuerdo sobre la fecha y hora prevista para la comparecencia ante el Senado de Christine Blasey Ford. La profesora universitaria fue la que que denunció al nominado del presidente Donald Trump a la Corte Suprema, Brett Kavanaugh, de haberla agredido sexualmente. 

Aunque inicialmente Ford pidió ser recibida antes que su presunto acosador,  la mujer aceptó finalmente ser escuchada en primer lugar, el jueves a las 10 de la mañana de Washington (11 de Argentina). “Pese a las amenazas actuales a su seguridad y su vida, la Dra. Ford cree que es importante que los senadores la escuchen directamente”, habían dicho los abogados de la docente de 51 años, cuando se dio a conocer que Ford aceptaba testificar frente al Senado.

Frente a la confirmación de la investigadora, los congresistas estadounidenses preparaban ayer sus estrategias para las audiencias que definirá el destino del juez Kavanaugh. A pocas semanas de las elecciones de mitad de mandato la importancia de estas audiencias es doble. Los testimonios de Ford y Kavanaugh podrían tener influencia sobre el resultado de los comicios, pero también sobre una derechización de la Corte Suprema de Justicia.

Uno de los puntos de tensión es la fecha para la votación sobre la nominación del juez a la Corte. Los republicanos podrían perder su mayoría en el Congreso, con lo que se pone en riesgo su capacidad de confirmar al candidato de Trump. El objetivo, entonces, es hacerlo antes del 6 de noviembre.

Los demócratas, en tanto, apoyan la solicitud de Ford de ser escuchada por el FBI, lo que retrasaría el proceso de confirmación. En una carta dirigida ayer a Trump, el jefe de la bancada demócrata en el Senado, Chuck Schummer, y su par de la Cámara de Representantes, Dianne Feinstein, pidieron al presidente que ordene al FBI la apertura de una investigación sobre la presunta agresión a Ford. Los congresistas plantean que las conclusiones de esa investigación sean comunicadas a los senadores antes de la audiencia de confirmación, como fue el caso en 1991 cuando el juez Clarence Thomas, candidato de George Bush a la Corte Suprema, fue acusado de acoso sexual por una excolega.

Ayer, los republicanos integrantes de la comisión judicial del Senado, que la controlan, publicaron un comunicado en el que citaron los nombres de tres personas que según Blasey Ford habrían estado presentes durante la agresión sexual. Sin embargo, según los republicanos, esas tres personas afirmaron no recordar nada de los hechos ni de la velada en sí misma.