Fabián Gutiérrez, el ex secretario de Néstor y Cristina Kirchner implicado en la causa de las fotocopias de los cuadernos por el relato del ex secretario de Obras Públicas José López, declaró ante los fiscales Carlos Stornelli y Carlos Rívolo y pidió ser aceptado como “arrepentido” con la expectativa de poder recuperar la libertad. Igual que pasó con otros tantos imputados, fue detenido a la espera de que dijera alguna de las palabras mágicas: bóvedas, bolsos con plata o CFK, entre otras. Y todo parece indicar que Gutiérrez habló del traslado de bolsos con dinero en el avión presidencial hacia el sur, una referencia que había hecho el piloto Sergio “Potro” Velásquez sin precisar el contenido de ese equipaje. Sin embargo, el ex secretario refutó la versión de López, según la cual fue él quien le envió los 9 millones de dólares que llevó en un bolso al convento de General Rodríguez. Ahora es el juez Claudio Bonadío quien debe decidir si homologa su acuerdo. Por lo pronto pasará el fin de semana en prisión.

Gutiérrez se había presentado ya a través de su abogado después de que se conoció el contenido de la declaración de López. Dijo en ese entonces, que se ponía a disposición y que desmentía el relato del ex secretario de obras públicas. Aún así, lo mandaron a detener el martes último en Río Gallegos, donde se encontraba, y fue trasladado recién ayer a los tribunales porteños. López había hecho referencia a él al contar que lo contactó el 13 de junio de 2016, que se reunieron en el hotel NH en la calle Bolívar y que allí le explicó que tendría que mover y ocultar dinero. Al día siguiente, en teoría, recibió la plata en su casa de tres desconocidos y la llevó al convento, donde fue atrapado. Gutiérrez había dejado de trabajar con la ex presidenta en 2010. Habían pasado ya seis años y medio. Pero López insistía en que suponía que lo había mandado la ex presidenta. De todos modos, la versión de este ex funcionario ante Bonadío es muy distinta a las que proporcionó durante la instrucción del juicio por los bolsos (donde reconoció que el dinero estaba en su casa) y después en el juicio oral (donde sostuvo que lo escoltaron tres personas que le llevaron la plata hasta el convento). A lo que hay que sumarle otro relato que dio en un juicio en Mercedes por la tenencia de la carabina que llevaba consigo.

Lo que habría dejado más satisfechos a los fiscales fueron las referencias de Gutiérrez a los traslados de bolsos en vuelos oficiales y habría descripto como era la modalidad. Pero es el juez el que debe homologar esa declaración como “imputado colaborador”, algo que resolvería recién el lunes, por lo que el ex secretario seguirá preso por el momento. 

Los famosos bolsos habían sido mencionados por el piloto presidencial como equipaje que era llevado por los pasajeros y que estaba exento de control. De su declaración también surgieron los nombres de los otros tres colaboradores de los Kirchner que fueron detenidos, con lo que el juzgado y la fiscalía inauguraron una suerte de segunda fase en la investigación. En parte, todo parecería apuntar a recopilar elementos que impliquen de alguna manera a la ex presidenta. Velásquez mencionó a Raúl Copetti (un viejo militante kirchnerista que colaboró en campañas), Roberto Sosa (fue secretario de Néstor Kirchner) y Daniel Alvarez (también secretario) como quienes participaban de la recepción de bolsos en Río Gallegos. Ricardo Barreiro, en El Calafate (allí fue una suerte de hombre de relaciones públicas). Todos ellos también están presos y deben declarar.

Uno de los próximos pasos claves de la causa será la intervención de la Cámara Federal, que debe revisar los 42 procesamientos. El juez decidió supeditar un nuevo pedido de desafuero de la ex presidenta a lo que decida ese tribunal superior, aunque de antemano dictó su prisión preventiva. También está pendiente la declaración del más alto hombre de Techint, Paolo Rocca y del empresario amigo del presidente Mauricio Macri, Marcelo Mindlin, por pagos que se le atribuyen desde Pampa Energía. Todavía es un misterio por qué no fue citado ninguno de los Macri por Iecsa, una de las grandes empresas involucradas en la trama del club de la obra pública descripta en la causa incluso por arrepentidos.