La antropóloga Rita Segato es profesora “emérita” de la Universidad de Brasilia y ha reflexionado con densidad teórica sobre las diversas formas de violencia de las que son víctimas las mujeres brasileñas. Jair Bolsonaro, primero en las encuestas para los comicios del próximo domingo, enarboló como banderas de campaña la misoginia y el machismo. Y no parece estar avergonzado porque la Corte lo procesó por apología del estupro. La respuesta a ese discurso del candidato y militar retirado fue la protesta de cientos de miles de mujeres en San Pablo, Río de Janeiro, Brasilia y otras capitales. Radicada en Brasil desde hace décadas la catedrática argentina Segato dia-    logó a través de Internet con PáginaI12 poco después de brindar una conferencia en Perú mientras se apresta viajar hacia Alemania.

–La multitud que se movilizó contra Bolsonaro ¿puede abortar la victoria de la ultraderecha?

–Es imposible saberlo, lo que sí se puede responder es que las movilizaciones tienen un rédito político extraordinario para el movimiento de las mujeres en Brasil, y eso no es poco. La movilizaciones de la mujeres no habían tenido hasta el momento una participación tan intensa como en Argentina, Estados Unidos o Chile.

–¿A qué se debe esta diferencia?

–El feminismo brasileño, a diferencia de otros, se reprodujo de forma muy institucional e institucionalizada en las últimas décadas debido a la influencia de los feminismos eurocéntricos y norteamericanocéntricos que penetraron a través de las ONGs que trajeron sus propias definiciones de los problemas de género, una influencia que hizo que las mujeres brasileñas no estuvieran tanta presencia en las calles. Pero esa herencia fue cambiando gracias a la militancia de las mujeres negras, de las mujeres indígenas.

–¿Qué hubo de singular en estas marchas contra Bolsonaro?

–Considero que esta es la primera vez en que las mujeres brasileñas salen a las calles como grupo de interés, es decir sólo como mujeres, Y esto incluyendo a todas las razas, a todas las clases y en todas las regiones de Brasil. Y se observa claramente que se trata de un gigantesco, numerosísimo grupo de interés. Atención con esto, porque lo ocurrido significó un paso adelante para toda la política, no sólo para la política de las mujeres. Lo ocurrido el sábado fue un avance no sólo para la disputa electoral, que al fin y al cabo no deja de ser circunstancial, diría que se está constituyendo una “política de las mujeres”, una política en clave femenina y que la política partidaria lentamente se va subrogando a esta otra forma de politicidad.