Hace ya varios años que septiembre y octubre son los meses elegidos para la realización de numerosos eventos dedicados a exhibir películas que difícilmente encontrarían un espacio adecuado en la cartelera comercial. Una agenda rica en diversidad de estilos, temáticas y procedencias que en las últimas semanas incluyó festivales como el de Cine Alemán, Cine Coreano (Han Cine), Cinemigrante, Cine Documental de Buenos Aires (Fidba), Cine Sordo (FicSor) y de Fotografía Cinematográfica, entre otros. A esa nómina habrá que sumarle un nuevo ítem hoy con el debut en estas tierras del Tour de Cine Francés, una muestra itinerante que durante las próximas semanas llevará una selección de siete películas del país del gallo por las salas de la cadena Village. El puntapié será en los complejos de Recoleta y Caballito (hasta el 17/10), para luego trasladarse a los de Pilar, Avellaneda y Rosario (del 11 al 17) y culminar en los de Mendoza y Neuquén (del 18 al 24). “La Argentina es el lugar natural para exhibir cine francés, ya que es el país latinoamericano, junto con México, con la mayor tradición cinematográfica”, dice el director y cabeza del equipo de programación del evento, Leopoldo Jiménez.

La referencia a México no es casual. Allí, en 1997, fue ideado el Tour luego de la asociación entre la distribuidora Nueva Era Films –que también dirige Jiménez– y la cadena Cinépolis, uno de los principales actores de la exhibición regional con operaciones en 222 ciudades de 13 países. Desde fines del último milenio, la muestra ha proyectado más de 160 películas y viajado por seis países centroamericanos, y este año debutará en la Argentina y Chile gracias a la asociación comercial entre Cinépolis y Village. “Es importante que las películas sean populares en el buen sentido de la palabra, que el público que nunca se haya dado la oportunidad de ver este cine quede satisfecho con estas propuestas”, explica Jiménez, y aclara: “Pero, al mismo tiempo, nos interesa que la selección también sea de interés para un público más cinéfilo. Francia produce alrededor de 300 películas al año, de las cuales con mi equipo vemos casi 150. No pretendemos resumir en siete títulos la cinematografía de este país, pero creo que cada año hemos sido muy atinados en lo que presentamos. Siempre es importante escoger diferentes géneros, que haya un balance entre los nuevos talentos y los que ya tienen una gran trayectoria”.

Entre las nuevas voces está Vanessa Filho, cuyo debut en el largometraje, Cara de ángel, integró la sección Un Certain Regard del último Festival de Cannes. El film tiene a Marion Cotillard teñida de rubio para interpretar a Marlène, una mujer que divide su tiempo entre el consumo de alcohol y reality shows televisivos, y largos raids nocturnos por discotecas y bares en busca de un hombre para pasar la noche. Lo hace sin pensar en el bienestar de su hija de 8 años, a quien no duda en mandar sola en taxi a casa antes de desaparecer durante días. Acostumbrada a la soledad y al bullying escolar, la pequeña tiene todas las fichas para seguir el camino de Marlène, hasta que el encuentro con un hombre con un pasado de poca contención familiar asoma como la posibilidad de un reencauce.

Algo más ligera es El regreso del héroe, una “comedia histórica” dirigida por Laurent Tirard (Astérix & Obélix: Al servicio de Su Majestad) y protagonizada por el oscarizado Jean Dujardin (El artista) y Mélanie Laurent (Bastardos sin gloria), que sitúa su acción en 1809, cuando un capitán es llamado a luchar en el frente de batalla, y deja a su prometida con el corazón roto y al cuidado de su hermana Elisabeth. Dispuesta a todo con tal de aliviarla, ella empezará un juego epistolar haciéndose pasar por el capitán. El muchacho regresará tres años después, desatando así una clásica comedia de enredos amorosos.

Gauguin, viaje a Thaití es la segunda propuesta de época de la selección. Dirigido por Edouard Deluc –de quien hace unos años se conoció aquí su ópera prima, la coproducción con la Argentina rodada en Mendoza Voyage, voyage–, el film toma como punto de partida los diarios de Paul Gauguin para narrar su exilio al país del título, por entonces una colonia francesa, en busca de inspiración para nuevos horizontes artísticos. Esa inspiración llegó de la mano de Tehura, una nativa que operó como musa de la etapa más prolífica y valorada del pintor posimpresionista, interpretado por el barbado Vincent Cassel con su habitual solvencia. Algo similar ocurre en Sin dejar huellas, adaptación de la novela The Missing File, del israelí Dror Mishani, que también tiene al actor de Irreversible al tope de los créditos. Allí interpreta a un policía alcohólico y solitario a cargo de una investigación de amplia resonancia personal que involucra el hallazgo de Dany, un estudiante de secundaria de la misma edad que su hijo. Todo indica que se trata de la típica huida adolescente de un entorno de poca contención que incluye, entre otras bondades, un padre abandónico y una hermana con Síndrome de Down. Pero esa idea quedará descartada luego del ingreso al relato del vecino y antiguo profesor de Dany (otro rostro familiar: Romain Duris).

La programación se completa con tres películas que mixturan drama y comedia en diversas dosis. Normandía al desnudo se sitúa en un pequeño pueblo ganadero sin recursos económicos para sortear la crisis que atraviesa. Frente a eso, el alcalde no tiene mejor idea que intentar convencer a los vecinos de posar desnudos ante la cámara de un famoso fotógrafo norteamericano, que por esas casualidades del guión anda de paseo por la zona. El film de Philippe Le Guay apuesta por un costumbrismo entreverado con ternura y algunas pizcas de humor para conformar una estructura coral algo irregular, pero de indudable eficacia a la hora de sintonizar con la platea. Del entorno rural normando a uno urbano y de poderosos ejecutivos. Rodando hacia ti, de y con Franck Dubosc, es la historia de un hombre de negocios sin límites no sólo a la hora de cerrar números ventajosos para su cuenta bancaria, sino también en la conquista. Aburrido de escuchar las mismas cosas en cada cita, un día cambia de estrategia haciéndose pasar por parapléjico, sin saber que la hermana de su potencial pretendiente es, efectivamente, parapléjica. La último integrante del septeto también tiene a un soltero empedernido como personaje central. Dirigida a cuatro manos por Stéphan Archinard y François Prévôt-Leygonie, Señor Sabelotodo sigue a un entrenador de fútbol bastante cómodo en su rutina cuya vida da un giro cuando se entera que su sobrino de 13 años padece síndrome de Asperger.