Brandon Cardozo tenía 16 años cuando fue con su primo a una fiesta callejera el 1 de enero de 2016. Entre la gente estaba el policía Emiliano Gómez, acusado de sacar su arma reglamentaria y disparar. Uno de los tiros le pegó al chico en la cara y lo mató. “Quiero que el policía quede preso para que nadie más sufra y a nadie más le pase lo que le pasó a Brandon”, dijo ayer  Laura, la mamá de la víctima poco antes de que comenzara el juicio al asesino de su hijo. Brandon era único hijo, jugaba al fútbol y soñaba con jugar en primera en el club de sus amores, Newell’s. El presunto tirador cayó gracias al testimonio de otro uniformado que estaba en el lugar. Desde que fue imputado está preso. La fiscal Marisol Fabbro pidió 24 años de cárcel en la acusación que presentó en diciembre pasado, mientras que la querella solicitó enjuiciamiento por homicidio calificado por su condición de funcionario público y pidió prisión perpetua. El juicio está presidido por los jueces Hebe Marcogliese, Alejandro Negroni y Juan Carlos Curto. “Pido que se haga justicia, que le den la máxima pena”, dijo Laura. Brandon pasó su último fin de año con su familia y pasadas las 12 les pidió permiso a sus padres para ir con su primo a una fiesta callejera. La convocatoria fue por Facebook. La cita era frente al club Tiro Suizo pero duró poco. Llegó la policía y disipó la celebración. Entonces los primos decidieron ir a otra fiesta que se convocó en Centenario y Entre Ríos. Allí estaba el suboficial Emiliano Martín Gómez, quien trabajaba en la Brigada Motorizada de la Unidad Regional II. El uniformado estaba de civil pero con su arma reglamentaria encima. Otro policía que estaba en el festejo se presentó al día siguiente en la División Judiciales y dijo que la fiesta estaba alborotada y dos grupos que se tenían bronca se enfrentaron, entonces Gómez sacó su arma reglamentaria y comenzó a disparar para todos lados. Uno de esos balazos le pegó en el mentón a Brandon que estaba en el otro extremo de la calle y ajeno a la disputa.