Carpa Abierta es un programa creado en 2015 que promueve la inclusión social a través del circo y el teatro. Un espacio “lúdico y amoroso” para niños y niñas que no tienen acceso a estas disciplinas y que viven en barrios vulnerables del partido de San Martín. A tres años de su surgimiento, los integrantes del taller ideado por Fernando Rosen mostrarán Ciudades de cartón, su primer espectáculo, en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi). En este desafío los guió el director César Brie, con el fin de tejer una historia que mezclara destrezas físicas y lenguaje teatral. “César enseguida dijo que el espectáculo son los chicos; lo interesante, lo lindo, lo vivo. Todo se centró alrededor de mostrarlos a ellos en su trabajo, sin demasiados artificios”, adelanta Rosen a PáginaI12.

“Traigo una historia conmigo. Mis viejos están desaparecidos. Siempre fui militante de los derechos humanos. En un momento encaré con la cultura”, relata Rosen, que diseñó Carpa Abierta en el marco de un curso de gestión cultural. Enseguida obtuvo apoyo de la dirección del ECuNHi –la casa cultural de las Madres de Plaza de Mayo en la ex Esma, que se volvió una de las sedes del programa– y de los ministerios de Cultura y Educación. Con la llegada del macrismo al gobierno, debió buscar otra fuente de financiamiento. La halló en la fundación italiana Alta Mane, cuyos representantes viajaron a Buenos Aires el año pasado para conocer a fondo el proyecto. Quedaron encantados.

Las clases se dictan dos veces por semana, desde abril hasta diciembre, para chicos de los barrios Loyola e Independencia, del partido de San Martín. Uno de los encuentros se desarrolla en los mismos barrios y el otro en el ECuNHi. Los docentes son Luciano Burgos, Magdalena Estévez, Florencia Montado, Juan Estévez, Damián Lezcano, Cristina Romeral y Eve Ruckieck. En Ciudades de cartón son nada menos que 30 los chicos y chicas que participan. Tienen entre seis y 15 años. “Todos sostenemos que el sentido de este trabajo no es la obra, sino el proceso que los chicos recorren”, aclara Brie, que se sumó a Carpa Abierta este año, en mayo, para darle al espectáculo una forma teatral. “Yo era contrario a que hiciéramos una obra porque lo importante es el proceso. Pero construirla llevó a que cuajara en algo todo este año de trabajo”, concluye el dramaturgo y director. 

Según adelanta la sinopsis, el espectáculo es un cuento breve creado por Brie y llevado a escena a través del circo y el teatro. “En esta historia, los pequeños protagonistas construyen ciudades con cajas, transforman, resignifican, reutilizan, reciclan, destruyen para volver a construir, saltan, esconden, muestran, aprenden y sobre todo enseñan”, se lee en el comunicado que presenta Ciudades de cartón. Cuenta con voz en off del narrador Claudio Ferraro y música de Pablo Brie. La propuesta incluye destrezas circenses como pirámides humanas y acrobacias –técnicas que prefiere el grupo–, videos y secuencias coreográficas. “Es un lindo experimento tener a 30 chicos en escena contando cosas de ellos, sus realidades y personalidades”, se entusiasma Rosen, artista circense y gestor cultural.

“Comencé observando, después empecé a reunirme con los chicos y a hacer ejercicios de improvisación”, detalla Brie. Este director trabaja fuertemente con el universo emocional y personal de sus intérpretes y en este caso tomó también ese camino. Les hizo preguntas a los chicos y los filmó. “Luego, un profesional repitió el procedimiento con una cámara y un audio superiores. Les propuse que hiciéramos una jornada de pintura, nos embadurnamos, y surgió la idea de pintar y usar cajas de cartón. Al mundo de juegos, habilidades y trabajo físico, sumé una historia: la idea de un grupo de chicos que sólo tiene cartón. Con ese cartón crean sus casas. Primero duermen solos, después acompañados; una inundación destruye la ciudad. En medio de la inundación encuentran un muro, lo saltan y terminan reconstruyendo su ciudad y bailando. La historia comenzó siendo una excusa para unir los materiales, pero terminó siendo una gran metáfora”, desliza el artista.

Confiesa que estuvo a punto de abandonar el proyecto: “No es fácil la concentración de los chicos. Ninguno de ellos quiere ser actor. Al contrario, lo que quieren es un rato de paz. Soltarse con estos maestros a los que ellos quieren tanto. Y no te demuestran esto siempre con amor: a veces lo hacen enojándose con vos. Ha habido varias crisis, nuestras y de ellos. El otro día quise renunciar porque reté a un chico, él se ofendió y me sentí mal… pero el resultado final es conmovedor”. Brie define a Rosen como “una especie de ángel”. “He aprendido mucho de esta gente. De los pibes y de los grandes”, destaca, “agradecido”.

La experiencia de Carpa Abierta compromete a madres, padres, hermanos, profesores de circo, educación física y teatro, artistas, psicólogas y gestores culturales de Argentina e Italia. “Todos estos chicos son muy vulnerados en sus derechos, desde la alimentación hasta la ropa; tienen necesidades extremas. Es transformador aportarles un rato de otra experiencia, diferente a las que están acostumbrados, y un encuadre diferente de lo que es la educación infantil”, dice Rosen. “Es un espacio amoroso, de pertenencia y empoderamiento del cuerpo. Han avanzado y lograron cumplir un objetivo, que es una de nuestras metas. Verlos sobre un escenario me llena de orgullo y me desarma. Creo que ellos no lo van a olvidar más”, agrega. Las funciones en ECuNHi (Avenida del Libertador 8151) son hoy, el viernes 26 y el 2, a las 19. El sábado 10 de noviembre hay otra en Centro Cultural Munro (Vélez  Sarsfield 4650, Munro), el 17 en el Teatro La Comedia (a las 17, Rodríguez Peña 1062) y el viernes 23 es la última en la carpa de la UNSAM (Avenida 25 de Mayo 1650, San Martín).