Ana Prada juega y se divierte en el escenario, con las melodías, con los ritmos, todo lo desarma para rearmarlo a su manera. Y lo mismo hace en la entrevista telefónica. “¿Entonces, se podría decir que Renovarse es un espectáculo más pop?” es la pregunta que le dispara la broma: “Pop acaramelado, porque en Uruguay al pochoclo le dicen pop, así que podemos decir Pop Acaramelado, Pop Acaramelado, como lo venden en Uruguay”, se ríe mientras imita el tono de los vendedores. Esta noche, en Distrito Siete (Ovidio Lagos 790), Ana Prada tocará con su banda “más oficial”: trae temas nuevos, y también versiones despojadas –como una vuelta al origen- de canciones que ha tocado muchas veces, más algunas otras que “hacía pila” que no subían al escenario con ella. Hace pila (mucho tiempo) dice esta uruguaya, autora de canciones que brillan por originales. Renovarse es el nombre del espectáculo, y para armarlo, recurrió al diccionario: su vocación polifónica aparece en cada gesto.

“Si bien he abrazado a Rosario como mi segundo hogar, y he venido muchas veces en los últimos dos años, hace mucho que no vengo en banda. He venido con un músico, también con Pata Kramer, en dúo, en otras cosas, pero ahora quiero presentar este show que estuvimos haciendo en Buenos Aires y en diversos lugares de la Argentina, como en Cuyo”, cuenta el jueves, mientras deambula de las notas en distintos medios a la prueba de sonido. “Quiero mostrar un poco de las canciones nuevas… Pero después, cuando fui al diccionario, decía varias cosas, y en base a esas definiciones, armé el repertorio”, detalla. Una de las acepciones es “restablecer o reanudar una relación u otra cosa que se había interrumpido”. “Entonces, buscamos canciones que hacía pila que no hacíamos”, cuenta. Otro significado es “hacer como de nuevo algo, o volverlo a su primer estado”, y la decisión fue “desarmar un poco las canciones, hacerlas con la guitarrita sola, como las armé”. También hará canciones nuevas y por supuesto, las que siempre tienen que estar, como Tu vestido. Como el diccionario daba también una definición eclesiástica –“en la Iglesia católica, dicho de un sacerdote: Consumir las hostias antiguas y consagrar otras de nuevo-. Allí se coló la inolvidable Soy Pecadora, uno de sus íconos. “Basado en eso armamos el repertorio”, relata.

Pero quiere reservar un espacio para la sorpresa. Ante la pregunta sobre si está preparando un nuevo disco, adelanta sin explayarse sobre tres proyectos. “Va a haber canciones nuevas, referidas a una temática específica que no quiero mucho adelantar, hasta que no lo ponga en marcha. La semana que viene estamos subiendo alguna canción en las redes sociales y explicando la propuesta”, plantea el enigma. Pero también hay otro proyecto en marcha, que son las canciones que vienen haciendo en dúo con Pata Kramer, su pareja, con quien también planean grabar. En el horizonte tiene también un disco propio, con canciones nuevas –“que son más mías”— y que esta noche se podrán descubrir como adelanto de los mundos musicales que seguirán a la trilogía “Soy Sola”, “Soy Pecadora” y “Soy Otra”.

Todo será el año próximo, porque Ana y Pata son recientes madres de Hugo, que nació este año. “Nos está dando una enorme energía vital, y una enorme y gran felicidad, pero en realidad también es agotador. Es un trabajo a tiempo completo, dormís poco, la energía es mucha y está puesta en otra parte, más en disfrutar eso, no tanto estar en un estudio grabando”, cuenta, aunque también reconoce que “la composición aparece a la vuelta, cuando hay una guitarra a mano”. Ahora, también pudieron reparar una consola del estudio de su casa, eso les permite grabar sin necesidad de viajar a Montevideo. Pata y Ana viven en una chacra en la zona de Atlántida, a una hora de la capital uruguaya.

Con todas esas propuestas por delante, esta noche Ana Prada tocará con la que define con su banda “más oficial”: Juan De Benedictis en guitarra, Ariel “Cordero” Polenta en el piano, Juan Clemente en batería y Paco Arancibia en bajo. El escenario siempre es una fiesta: todos cantan y se ríen de las ocurrencias de una artista que además de crear mundos polícromos en sus canciones, hace de cada show un ritual pagano: mucha conversación, un diálogo que no se detiene.

“Venimos con una banda bastante potente y el show pasa por varios momentos, tiene algunos más íntimos pero también otros más power, en una versión más rockera, o mejor dicho, más pop. Es un repertorio bastante menos folklórico”, promete.