Anil Baran habla un español bastante fluido. El joven de nacionalidad turca fue detenido al igual que otros tres extranjeros como parte del operativo represivo contra la movilización por la ley de Presupuesto 2019, y como tal es una de las personas a las que el Gobierno quiere deportar, según anunciaron el ministro del Interior, Rogelio Frigerio y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.

“Vivo en Córdoba y vine a Buenos Aires a hacer un trámite. Tenía que buscar mi partida de nacimiento en la embajada para poder hacer la nacionalidad. Sólo eso. No conozco la ciudad. Estaba parando en La Plata en lo de un amigo, me bajé en Constitución y caminé. Paseaba, de pronto vi que venían unos 20 o 30 policías de frente y me fui por la calle Humberto Primo, ahí me dispararon dos o tres policías desde atrás, me tiraron al piso y me ataron las manos con una cinta. Después me llevaron con otras personas”, contó en exclusiva con Página/12.

Sobre Baran se dijeron todo tipo de cosas, por ejemplo que se investiga si es un activista contra el G-20 y se lo describió como “amante del Che” por tener una foto en su Facebook en el museo Casa de Ernesto Che Guevara, como si fueran delitos. Lo mismo respecto de dos venezolanos arrestados, Víctor y Felipe Puleo, y el paraguayo Luis Fretes. Sobre los hermanos Puleo circularon en los portales versiones de que son espías del régimen de Nicolás Maduro. A ellos, la Policía los agarró cuando  intentaban guardar dentro de su casa, cerca del Congreso, la moto con la que hacen repartos.

Anil Baran nació en Estambul, tiene 27 años y es graduado en Ciencias Económicas en la Universidad Técnica del mar Negro. “Antes de graduarme consideré la idea de viajar a Europa, pero un amigo que vive en Argentina y que estaba viajando por Turquía me habló mucho de este país y me entró el deseo de venir a conocer. Eso fue en 2016. Aquí conocí a una muchacha argentina, me establecí en Córdoba y me casé con ella a finales del año pasado. Tengo un documento y vine a Buenos Aires a sacar mi partida de nacimiento de la embajada para poder establecerme definitivamente”, cuenta.

Con su pareja viven en Villa María. Él trabaja en una empresa de logística. Esta semana paraba en La Plata, en la casa de un amigo, con quien el miércoles viajó al centro hasta Constitución. Llegaron cerca de las tres de la tarde, se separaron y él caminó por 9 de julio. “No sabía que estaba complicada la situación, sólo veía banderas y gente que venía caminando”, recuerda. Dice que se lo tomó como un paseo, pero que de pronto vio venir de frente un cordón policial, “disparaban y tiraban gases”. Asustado, dobló por la calle Humberto Primo. “Me dispararon desde atrás y un policía motorizado me tiró al suelo, me retuvo y me pusieron cinta. Después me juntaron con otros y nos llevaron a la comisaría. Eramos siete, yo era el único extranjero. Uno de los que estuvo con él fue Nacho Levy, de la organización La Poderosa.