Juegan Boca y River. El partido más importante de una rivalidad que empezó siendo barrial y que lleva ya más de un siglo de una rica historia. Juegan la final de la Copa Libertadores, el torneo más importante de todos para los hinchas, el país se paraliza y todos tienen algo que decir. Adentro y afuera porque el interés por el acontecimiento traspasa las fronteras. 

  • Alexis Martín Tamayo, más conocido como Mister Chipe es un ingenioso comentarista Deportivo, nacido en Badajoz, España, experto en estadísticas de fútbol y otros deportes, analista de ESPN, Onda Cero y Diario As de Madrid. El tipo escribió en twitter: “28 de julio de 1914: empieza la Primera Guerra Mundial. 1 de septiembre de 1939: empieza la Segunda Guerra Mundial. 31 de octubre de 2018: queda oficialmente declarada la Tercera Guerra Mundial. Busquen un buen refugio antiaéreo, pero por Dios que tenga televisión”.
  • Desde Rusia, donde juegan en el Zenit de San Petersburgo, Leandro Paredes y Sebastián Driussi dejaron un conmovedor mensaje de paz. Se sacaron una foto abrazados, de espaldas, Paredes con una camiseta de Boca número 20 y Driussi con la de River, número 11 y este texto. “Somos rivales, no enemigos, disfrutemos de una final histórica sin violencia”. No faltó quien advirtiera un mensaje subliminal en el brazo cruzado de Driussi con el tatuaje de la Copa.
  • Se trata de partidos no aptos para cardíacos, según el antiquísimo lugar común. Al respecto el director del Instituto de Ciencias del Deportes de la Universidad Favaloro, el cardiólogo Roberto Peidro dejó algunos consejos  que pueden sintetizarse así: si tenés problemas cardíacos mira el partido acompañado por alguien a quien no le interese demasiado el fútbol, asumí que hay que tomarlo con calma, no fumes desde tres horas antes hasta tres horas después porque fumar antes de un episodio de estrés aumenta casi siete veces las chances de una muerte súbita; evitá las comidas grasas o con alcohol, lo ideal es tomar agua y si podés (hmm, muy difícil) aislate a algún lugar desde donde no te enteres en tiempo real del juego. El autor de estas líneas (medio simpatizante de Huracán) recuerda que cuando sufrió un infarto en el 2009, su cardiólogo (precisamente el doctor Peidro) no lo dejó ver en la cancha una final entre Huracán y Vélez.
  • Casi en sintonía con Peidro, Crítico Cítrico escribió en las redes sociales: “Todos hemos imaginado el mejor y el peor escenario. Todo hincha de Boca o de River lo haga público o no, tiene en estos momentos, una mezcla ilógica entre confianza desmedida, miedo bien fundado, mucho sufrimiento y una enorme confusión. Nadie nos preparó para esto”. Al respecto una de las frases más escuchadas en estos días, de boca de hinchas de los dos cuadros es esta: “si perdemos me muero”.
  • Los de afuera no son de palo. Los hinchas de otros cuadros también juegan. Los de Rosario Central, por ejemplo, que hacen una serie de especulaciones que permiten pensar que ven los partidos con una tabla de logaritmos, dicen: “Que gane River porque si en la Copa Argentina le ganamos a Temperley y River le gana a Gimnasia jugamos la final con River y como casi seguro que perdemos vamos igual a la Libertadores porque River iría por haber logrado la Libertadores actual y nosotros por ser subcampeones de la Copa Argentina”. Los de Independiente navegan en un mar de contradicciones: “Quieren que gane Boca porque eso los clasificaría automáticamente para la Libertadores del año próximo, pero a la vez no quieren que gane porque Boca alcanzaría a los rojos en cantidad de copas ganadas (7). El fútbol, como se ve, no da respiro.
  • Mientras todavía se discute si se juega con público visitante o no y mientras se discute si el VAR es bueno o malo, el periodista Oscar Tafetani, muy sarcástico escribió en facebook: “Una opción segura es que los partidos se disputen sin público, pero también sin jugadores y sin árbitros. Sólo el VAR, como registro de la quietud reinante”.
    En la misma red social escribió otro periodista Juan Pablo Csipka: “que los encargados del VAR no sean argentinos; que el periodismo deportivo “mainstream” no haga papelones ni operaciones ni debates en cadena de cuatro gordos hablando de fútbol (algo imposible, ya sé) y que se llame a silencio el hincha número 1 de Boca porque el horno no está para bollos con el desastre que es su gobierno”.
  • Ricardo Cohen, un prolífico productor periodístico y artístico fana de Boca (hizo socio a su hijo con la primera ecografía del feto en la panza de  su esposa) dijo lo suyo: “Por derecha, por izquierda, por política, por racismo, por envidia, por celos, por odio, por ignorancia, por prejuicios, por desconocimiento, no importan los motivos, pero estamos solos nosotros, los hinchas de Boca, contra todos los demás. Me encanta”. Soberbio por donde se lo mire.
  • La gran final puede adelantarse desde el vuelo poético del genial Héctor Negro, que era hincha de Independiente, pero homenajeó a River y Boca con esta joya:

 

“River y Boca se enfrentan 
Buenos Aires, ciudad de dos riberas, tiene dos
camisetas.
El Riachuelo y el Plata, allí cerca, podrán
mezclar sus aguas
pero River y Boca no se mezclan.
Boca-River, un relámpago largo de
impaciencias, 
cien barrios, cien ciudades bien alertas.
no hay neutrales, no hay sordos y no hay
siesta.
River y Boca se pulsan y se siembran, 
desbordan por nerviosos transistores,
se enredan en banderas, 
cruzan bosques y rutas afiebradas,
van por techos metiéndose en antenas, 
más allá del fragor de la ciudad, por villas y
por pueblos asaltan las fronteras
(…)
Al gol ya le anda el fuego por la mecha.
Unánimes gargantas tendrán alas, unánimes
silencios serán piedra”.