Cruel en el cartel figura la leyenda: “entradas ´completamente´ agotadas”. Pese a la tremenda crisis económica que atraviesa la Argentina, similar en ciertos aspectos a la que pegaba duro cuando Roger Waters vino por primera vez (Vélez, marzo de 2002), esta noche no cabrá un alfiler. Es un formalismo, por lo tanto, informar que el proverbial líder de Pink Floyd tocará esta noche a las 21 en el Estadio Único de La Plata, y que lo hará en el marco de una gira cuyo nombre va de suyo: Us + Them, tal como uno de los míticos temas de Dark side of the moon. Así las cosas, tal vez quede algún rincón para intentar llegarse a la cancha suplente de Estudiantes recién el próximo sábado, cuando el bajista, compositor y cantante repita su travesía sonora bajo las mismas coordenadas. Iguales temas, o sea, e igual telonero: Puel Kona, banda de fusión originada en Neuquén. "Vamos a llevar un nuevo espectáculo en gira", dijo Roger a manera de anticipo. "Será una mezcla de material de mi larga carrera, cosas de mis años con Pink Floyd y algunas canciones nuevas. Probablemente, el ochenta por ciento será material antiguo y el veinte restante nuevo, pero todo conectado por un tema general”, informó el músico, que además prometió a sus huestes criollas un espectáculo genial “como en mis tres visitas anteriores”, aseguró él, recién llegado de Montevideo, donde ofreció un tremendo concierto en el Estadio Centenario. Y se manifestó, de paso, un entusiasta admirador del ex presidente José “Pepe” Mujica.

Respecto del ochenta por ciento de temas clásicos, Waters prevé repasar piezas tracción a surround de Wish You Were Here, The Wall, Animals y Dark Side of The Moon, cuatro discos clave de Floyd. Tomando como base el concierto que dio durante tres horas y ante cuarenta mil personas en el Estadio Centenario de Montevideo --el último a la fecha— algunas de las piezas clásicas a recrear serían “Breathe”, “Money”, “Pigs” (que en el país celeste dedicó a Trump), “Another Brick in The Wall” y “Confortably Numb”. El otro veinte por ciento, se intuye, navegará entre las viscosas de aguas Is This the Life We Really Want?, bello y apocalíptico trabajo musical publicado en junio de 2017. Y último a la fecha en su devenir solista. Los temas escogidos, de no mediar modificaciones, son “Deja vu” –drones incluidos--, el humanísimo “The Last Refugee” y la desoladora y abismal “Picture That”. Antes –dicho fue--  los Puel Kona darán un set basado en la fusión de diversas expresiones musicales patagónicas con rock.  

La cuarta visita de Waters al país se da en el marco de un complicado avance del neofascismo en la región, ideología que éste artista de 75 años ha criticado en varias de sus emblemáticas composiciones. Pero no solo en ellas. También se ha manifestado de otras formas al respecto. En el show que ofreció en Curitiba, por caso, días antes que Jair Bolsonaro gane las elecciones en Brasil. “Esta es nuestra última oportunidad para resistir al fascismo... él no”, había arriesgado el músico, en uno de los tantos vanos esfuerzos por detener la victoria del capitán electo. Días antes, el 25 de octubre, Roger tuvo un gesto similar al invitar a subir al escenario del Maracaná, a la familia de Marielle Franco, la concejala socialista asesinada a principios de año en Brasil. "Marielle creía en los derechos humanos como yo, pero lamentablemente no todos creen lo mismo". En San Pablo, en tanto, el bajista había instado a una propuesta pacífica, “dentro de la ley”, no solo contra Bolsonaro, sino también mirando a Donald Trump (a quien satiriza en la intro de “Is this the life we really want?”); al húngaro Viktor Orbán; al austríaco Sebastian Kurz, y al inglés Nigel Farage, entre otros.

Tras ambos conciertos en la Argentina, Waters seguirá su ruta hacia Santiago de Chile, cuyo recital está previsto para el miércoles 14 de noviembre en el Estadio Nacional. Tres días después actuará en el Monumental Stadium de Lima Perú, luego se trasladará Colombia para tocar en el Campín de Bogotá, y el sábado 24 culminará su tournée sudamericana en el Estadio Nacional de San José de Costa Rica. Miles de sudamericanos, es cierto, no saben si esta es la vida que quieren vivir, tal como sentencia el último disco de Roger. Pero sí están seguros de que en alguno de estos conciertos quieren estar.