El Banco Central adelantó que reforzará las reservas internacionales con una ampliación del swap con China. Se trata de un préstamo en yuanes por el equivalente a 8700 millones de dólares que la entidad sumará a sus arcas y elevará la deuda con China a casi 20.000 millones. “El acuerdo es inminente. Está prácticamente cerrado. Faltan detalles formales para terminar el proceso y recibir el desembolso”, dijo el presidente del Central, Guido Sandleris. El funcionario se encuentra de viaje en el gigante asiático, en reuniones con diferentes autoridades del gobierno como el responsable del Banco Popular de China, Gang Yi. Las negociaciones para ampliar el swap las había iniciado el anterior titular del Central, Luis Caputo, y hace algunas semanas este diario anticipó que en noviembre terminaría de firmarse el acuerdo. El swap con China es un mecanismo que puso en marcha el gobierno kirchnerista, pero en aquellos tiempos Nicolás Dujovne y otros economistas que luego serían parte de la gestión de Cambiemos lo consideraban “papelitos de colores”. 

Sandleris acumula seis semanas de la nueva política monetaria contractiva, con la cual logró contener la corrida cambiaria a partir de súper tasas de interés. Ahora en el Central intentan reforzar el nivel de reservas internacionales para disminuir las expectativas de impago de la deuda. Este año la autoridad monetaria registró en las reservas 21 mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional y ahora con el nuevo swap se elevaría el refuerzo a casi 30 mil millones. La apuesta es mostrar capacidad de repago de los pasivos para los próximos años. Las dudas del mercado son muy importantes. Los bonos a 2019 rinden el 5 por ciento, cifra que se duplica a partir de 2020 por el temor de una reestructuración.

“En la actualidad hay un acuerdo con China por 70 mil millones de yuanes y ahora lo estamos expandiendo en 60 mil millones, en torno de 8,7 mil millones de dólares”, detalló el titular del Central. El primer swap con China había sido negociado en 2014 y en ese momento muchos economistas del mercado lo despreciaron. Se llegó a asegurar que se inflaban las reservas con papelitos de colores. Varias herramientas de ese momento se repiten ahora frente a la situación de urgencia financiera. Se pusieron retenciones a los exportadores y volvió a negociarse un refuerzo con el Banco Central de China por cifras millonarias.

El Central perdió este año reservas a un ritmo récord. Los datos de la entidad indican que comenzó en enero con unos 63 mil millones de dólares, cifra que actualmente descendió a 56 mil millones de dólares. A simple viste la caída es de 7 mil millones. Pero en la práctica fue mucho mayor debido a que entre junio y noviembre se embolsaron 21 mil millones de dólares extraordinarios por el crédito de urgencia del Fondo Monetario Internacional. Esto implica que las reservas, netas de este crédito, anotaron un retroceso de 28 mil millones en menos de 11 meses. La cifra de caída es similar respecto del retroceso anotado entre 2010 y 2015, cuando las reservas bajaron de 52 mil millones a 33 mil millones, pese al ingreso de 11 millones del swap chino.

En el Banco Central dijeron ayer que sólo faltan firmas burocráticas para que lleguen los nuevos yuanes al país. De manera no oficial ya se rumoreaba que este swap iba a terminar de firmarse a principios de noviembre. En el equipo económico venían haciendo buena letra con el gobierno chino para evitar cualquier demora o traspié de la negociación. Uno de los principales aspectos que se cuidó en la relación con China fue el comercio exterior. Se evitaron frenos al ingreso de importaciones del Gigante Asiático. Empresarios locales prácticamente no recibieron aprobaciones de medidas antidumping y otras herramientas para frenar la entrada de productos chinos.