Les dicen “calzado deportivo” aunque se usen para cualquier cosa; incluyendo, en todo caso, hacer deporte. Les dicen “zapatillas” como si fuese un diminutivo, acaso transgénero, tal vez despectivo, de los zapatos. Pero hace décadas que están siempre allí. ¿Dónde? ¡En todas partes! Las zapas parecen ser uno de los inventos humanos más globalizados y consumidos dentro de un mundo globalizado y consumista. Y en el flamante libro Zapatillas, historias de moda, deporte y consumo, publicado por Paidós, el periodista Leo Ferri investiga la historia del calzado nuestro de cada día, y no sólo a partir de sus anécdotas de diseño y producción sino fundamentalmente con el foco en cómo fue que las llantas se volvieron un símbolo de pertenencia, una señal tribal, una manifestación de estilo y un subuniverso de la cultura pop. “Las zapatillas son un objeto importante, con múltiples significados, y quería un libro que reflejara por qué”, explica el autor.

“Había muchas aristas posibles para abordarlas: lo industrial, el diseño, los materiales, la tecnología, las corporaciones. En mi caso, y seguramente en el de mucha gente, la atracción por las zapatillas entró a partir de las películas y de sus significados”, agrega Ferri. Las Nike de Marty McFly en Volver al futuro o las Adidas con las que Rocky Balboa venció al soviético Ivan Drago en Rocky IV se convirtieron en íconos del cine y son protagonistas de este libro, tanto como la música y la cultura rock. “Es un libro de divulgación, periodístico, de investigación”, define Leonardo, cuya pesquisa permite saber de primera mano que esas zapas llegaron a los pies de Sylvester Stallone después de un trabajo fino, de años de amistad casi cholula, de parte del responsable de marketing de Adidas. “En aquel momento había algo más inocente, ‘Te doy estas zapatillas, usalas’, y por ahí aparecían de golpe en la pantalla.”

¿Cómo explicar el éxito universal de las zapatillas? ¿Porque son lindas, cómodas, cancheras? ¿Nos gusta fingir que jugamos en la NBA o que entrenamos en la Masía? Que responda Ferri: “Hoy la zapa tiene esta popularidad por la moda. Predomina el hecho de llevar algo cool, de decir ‘mirá lo que me pude comprar, mirá lo que estoy usando’… Para el que hace deporte sí es importante, es parte de su performance; pero a los demás, desde los ‘80 nos venden ‘algo más’, un producto que nos da identidad y la promesa de ser mejor en lo que hacemos. Just do it, sólo hazlo. Eso pesa más que la ‘tecnología de amortiguación’. Sabemos perfectamente que no vamos a ser Michael Jordan ni Messi ni Usain Bolt”.

Zapatillas… frecuenta Estados Unidos y Alemania, polos de producción y diseño de las grandes marcas, pero también pivotea en cuestiones argentinas. ¿Cuál es el aporte local a la historia universal de las llantas? “No sé si hay un gran aporte”, duda Ferri. “La cultura sneaker tiene mucho de imitación, no tenemos identidad marcada como zapatilleros. Nuestras historias de zapatillas están ligadas al rock, al hip-hop. El aporte está pendiente. No tenemos un producto que haya sobresalido mundialmente. Topper es argentina pero no es muy de exportación porque cuando estalló la globalización, en los ‘90, la industria nacional estaba en decadencia. También datos de color y muy tristes, como las Flecha que usaron soldados argentinos en Malvinas o como las zapatillas colgantes de Cromañón.”

¿Somos lo que calzamos? El boricua Residente aclara que él usa Adidas y no viceversa, y hasta el dirigente social Juan Grabois tuvo que responder chicanas políticas por tener puestas unas Nike. ¿Qué consejos puede dar Ferri a la hora de elegir zapatillas? “No dejarse llevar por modas ni ser embajador de una marca. Las zapatillas están caras: pensá en algo que te sirva para distintas ocasiones, que sea funcional y que cumpla tus propios parámetros estéticos y de comodidad.”