El Ministerio Público Tutelar (MPT) convocó a Las Kamikazes, el equipo femenino de beach handball que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud, para protagonizar una campaña de concientización acerca de la violencia ejercida contra niñas, niños y adolescentes. Las jugadoras fueron el centro de una polémica cuando se cuestionó el tamaño de la vestimenta que utilizaron.

Lucila Balsas, Fiorella Corimberto y Caterina Benedetti son las tres Kamikazes que serán las embajadoras de la iniciativa que el MPT lanzará para el Día contra el Abuso Infantil y el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujeres. Las campeonas y su entrenadora, Leticia Brunatti, posaron con un cartel para la campaña y grabaron videos con frases como: “No es porque vas a boliches” o “No es porque usás esa ropa”. “La idea es que las chicas sean la cara de esta iniciativa en las redes sociales. Ellas son multiplicadoras del mensaje”, dijo a Páginal12 Yael Bendel, asesora general del MPT.

“Nos gustó poder participar para hablar por todas las chicas que no tienen voz”, aseguró Balsas. Para Bendel, la idea de convocar a las Kamikazes surgió cuando las jugadoras justificaron la vestimenta que usaron en los Juegos Olímpicos en octubre: un culotte y un top. A partir de un artículo periodístico que cuestionó la indumentaria del equipo, comenzaron los comentarios en redes sociales y medios de comunicación. Desde una postura feminista, se señaló que la ropa del equipo femenino era más pequeña que la del masculino y que así se exponían los cuerpos de las mujeres. Por otro lado, no faltaron los comentarios de varones elogiando los físicos de las chicas, sin importar su desempeño deportivo. 

“No le dimos importancia”, aseguró Balsas. Brunatti señaló que la indumentaria se correspondía con las reglas de la Federación Internacional de Handball y contó: “Las jugadoras fueron libres y ellas eligieron el modelo más pequeño”. “El derecho de nuestro cuerpo es nuestro y debe ser respetado. Por jugar en culotte, nadie tiene derecho a decir nada”, agregó.

El equipo justificó su vestimenta. Argumentaron que así se sentían “muy cómodas” y que fueron ellas mismas las que pidieron que les achiquen el culotte “porque el otro era incómodo, te entraba arena”. “Estamos logrando algo mucho más importante y más lindo que la ropa que usamos”, afirmaron en ese momento.

Benedetti recordó otra nota que daba consejos para jugar al beach handball. Ahí pusieron de ejemplo las jugadoras para decir que alguna “debería bajar de peso” o depilarse. “Lo que hablaban no tenía nada que ver con el rendimiento deportivo. Si una no se quiere depilar la rodilla, no va a mejorar ni empeorar por esa razón”, explicó. 

La lateral del seleccionado nacional contó que en un canal deportivo cuestionaron su imagen. “A mí no me importa, yo estoy bien con mi cuerpo, pero quizás a otra le decís lo mismo y la podés afectar y desconcentrarla del torneo”, aseguró. 

Para Brunatti, la clave de que esto no afectara a sus jugadoras está en la fortaleza del equipo. “Son 9 chicas que tienen muy buenos lazos”, señaló. Sin embargo, le molestaron los comentarios. “La gente que habló con esa falta de respeto era la misma a la que estábamos representando. A nosotras esto nos costó 3 años y medio de nuestras vidas y lo que notan es eso”, lamentó.

La entrenadora afirmó que una de las mejores vivencias de la Villa Olímpica fue que convivieron atletas de 206 países de forma respetuosa. “Nadie señaló a otro por cómo se viste ni lo que come. Es buenísimo experimentar que ellas estén con culotte y otras con velo, por ejemplo, conviviendo entre todos”, sostuvo.

Informe: Ludmila Ferrer.