Lo terrenal siempre estuvo rodeado de aquello que tiene que ver con lo misterioso, por lo menos hay algo de lo religioso que atraviesa la historia de la humanidad y la re-escribe a partir de lo mítico. Por eso a un gran desenterrador de mitos como es Mauricio Kartun, un especialista en construir nuevas historias a partir de las ya canonizadas por el racionalismo y por los saberes ancestrales, tituló su última y exitosa obra como “Terrenal”. Pero la intriga nace a partir del subtítulo :”Pequeño Misterio Ácrata”, otra indagación sobre la materia bíblica que tiene un antecedente en “Salomé de chacra”, esa otra escritura dramática que enriqueció el llamado “tríptico patronal” junto a “El niño Argentino y Ala de Criados. Esta noche en el Teatro La Comedia (Mitre 958) a las 21, se podrá ver la última función de esta exitosa obra que lleva ya 5 temporadas a sala llena en Buenos Aires y premios dentro y fuera del país.

Uno de los tantos aciertos de Kartun entre los cuales destaca esta decisión de los últimos años ,en dirigir su propia dramaturgia ,es la elección de un elenco integrado por Claudio Da Passano, Claudio Martínez Bel y Rafael Bruza, actores que prestigian su obra con el tono justo que requiere cada personaje.

En el aspecto técnico también supo elegir a profesionales de la talla de Leandra Rodríguez en iluminación, Ileana Liuni en diseño de sonido, el notable vestuario de Gabriela Aurora Fernández y la asistencia de dirección de Alan Darling.

"Terrenal" sobrevuela una nueva versión de la lucha entre aquellos hermanos mitológicos que parecieran esperar alguna señal de aprobación para seguir con un destino que Tatita a la manera de un gran demiurgo ya tiene prefijado para los dos.

Por momentos, Caín y Abel parecieran dos ángeles caídos a los que su Dios dejó abandonados para probar sus reacciones en contacto con lo “terrenal”, donde no supieron aprovechar las posibilidades de ser felices.

El Edén fue reemplazado por un terreno baldío donde “conviven” los hermanos, para Caín símbolo de la propiedad, dueño de los morrones que siembra y vende para juntar su “capitalito”,odia a su hermano que vive de la venta de carnadas para pescar, todo un peligro para sus morrones, atacados por la isoca a la que Abel ama.

Se han vuelto tan terrenales que se parecen a los hombres cuando juegan a sembrar Poder para cosechar tempestades, seguramente Tatita podría haber pensado en aquello de “los hermanos sean unidos…”, pero Martín Fierro parece que no anduvo por esos lotes abandonados “a la buena de Dios”.

Con vuelo poético, Abel se defiende de las acusaciones de su hermano:-”el trabajo es el vicio de los que no sirven para nada…”

Con otra concepción de la libertad, y el valor del trabajo,afirma irónicamente:”- ¡Si será dañino que hasta pagan por hacerlo…!”

En la inmensidad desolada de un páramo que lleva al Tigris, en alusión al río bíblico del Edén; Caín y Abel se parecen mucho a aquellos siempre vivos Estragón y Vladimiro de "Esperando a Godot", aquí Kartun rinde su mejor homenaje a esos dos seres angustiados que esperan también a su Godot criollo, el regreso del "padre pródigo".

El vestuario de los tres remeda mucho a esos personajes del mundo del teatro del absurdo, en una combinación de la estética del payaso y un expresionismo mixturado de ese grotesco que el autor enriquece en cada nueva escritura y que convierte el espacio teatral en un varieté deshilachado y sombrío.

Un viejo escenario con telones raídos será una incógnita para Caín que le pregunta a Tatita si esto que están viviendo se trata del Theatrum Mundi, que concebía a la sociedad como una obra teatral ya escrita y en la cual la realidad era entendida como un escenario.

Pero la respuesta es implacable, con esa mirada siempre descalificadora, Tatita se burlará una vez más de sus protegidos: "¡Un varieté de relleno, la vida"!

En ese terreno trágico, donde uno de los dos sobra, Abel volverá a repetir la historia de aquellos que amaban la libertad por encima de todo los valores mundanos y entregará su vida en una batalla donde los nómades no siempre pueden escapar a la voracidad de los sedentarios.

Caín volverá a fundar un nuevo imperio y se enriquecerá con todo lo que pueda extraer de la tierra, que según él le pertenece, robando también una consigna que está en las antípodas de su propia esencia: "la tierra es para el que la trabaja".

"Terrenal" remite a una realidad que nos golpea, en un país al que quieren transformar en tierra de loteos los seguidores de Caín, el público aplaude de pie, quizás esperando un futuro donde Abel no baje los brazos y pueda volver a pescar en aguas más amigables.