Central tiene una obsesión. Se llama Copa Argentina y, por cuarta vez en las últimas cinco ediciones, los rosarinos se clasificaron a la final. El problema pasa porque las tres anteriores resultaron en derrota: ante Huracán en la 2013-14 (por penales), frente a Boca en una recordada final por lo polémica en 2014-15 (0-2) y con River en la 2015-16 (3-4).

Ayer, en el Mario Alberto Kempes de Córdoba, fue triunfo rosarino en los penales (4-2) frente a Temperley, de la Primera B Nacional, tras empatar 1-1 en tiempo reglamentario. El elenco de Edgardo Bauza impuso la tónica del encuentro: juego áspero en el medio y búsqueda del gol a través de la pelota parada. Temperley, por su parte, apostó por los pelotazos largos para sus delanteros, algo que no tuvo buenos resultados. Central encontró la ventaja en la segunda parte con un preciso cabezazo de Zampedri pero cuando todo parecía definido, una aparición de Mazur a los 90 puso el 1-1. En los penales, los rosarinos fueron más precisos (Ledesma le detuvo su disparo a Costa y el arquero Castro la tiró por arriba) y, ahora, buscarán revancha frente al ganador del cruce entre River y Gimnasia, del miércoles 28.