Decís “soy marica y así decido nombrarme”. ¿Qué significa para vos esta palabra? ¿Qué implica serlo dentro de una organización peronista?

Con mis compañeros maricas y las compañeras travas de los barrios nos llamamos así, es una forma de resignificar algo que se usa despectivamente. Algunos medios de comunicación lo que más resaltaron como el elemento disruptivo de esa declaración fue la palabra marica. Para nosotros y nosotras es algo que se lleva con orgullo. Y creo que hay que despojarse de ese prejuicio hacia el peronismo y pensar en cambio lo que significa la construcción del poder. El poder es patriarcal y machista, y la lucha por el  poder no escapa a esas lógicas. Pero creo que no es exclusivo del peronismo sino que le pasa a todos y cada uno de los partidos políticos. En el poder hay un gen machista y patriarcal que hace que todas las estructuras que se organizan para disputarlo repliquen cuasi como espejos esa estructura. 

Las políticas de la diversidad que se dieron los años de gobiernos kirchneristas, ¿tuvieron que ver en que hoy hagas visible tu elección sexual?

Sin duda. El Estado genera sentido y construye legitimación, o no, de determinadas cosas. La discusión pública por el matrimonio igualitario, si bien se había apoyado en un movimiento que tiene muchos  años de lucha y organización, no tenía una mayoría social en el momento en que se dio. Fue posible porque se construyó una mayoría política que dio esa pelea para lograr los números, con esa mística que tenía Néstor apurando a los diputados y diputadas para lograrlo.

Entonces, ¿el Matrimonio Igualitario fue un momento decisivo para vos?

La discusión del Matrimonio Igualitario, y después el dolor que significó la muerte de Néstor. Todo ese conjunto de sensaciones me empujó a hacer la primera salida del closet con mi familia, que fue mucho menos traumática de lo que pensaba. En ese momento uno tiene mucho miedo a lo que le van a decir: el miedo que tenés es básicamente a la aceptación de los que querés. Pero en  mi caso fue más fácil de lo que imaginaba, porque con mi familia estaba todo bien. Me acuerdo que estuve como dos horas para largar una frase y poder decirlo y cuando me animé mi hermana melliza, muy espontánea y aliviada, me dijo “¡Ay boludo, pensé que te ibas a vivir a otro país!”. Los años que siguieron yo decía bueno, si mi familia y mis compañeros saben, ya está, todo bien. Y eso por ahí me servía como una excusa para no ponerlo en palabras en el plano público.

¿Y por qué decidís compartirlo ahora?

Porque estamos en un contexto continental de retrocesos. Vivimos en un país donde hemos logrado el Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género y veo atacado el nivel de consenso que teníamos. Cuando a Piter Robledo le pegaron, la presidenta de la Nación en ese momento los recibió en la Casa Rosada y todo el mundo se solidarizó diciendo “qué barbaridad”. Ahora hace un mes echaron a dos pibes de una pizzería y fue la militancia de la diversidad la que bancó la parada, mientras el resto de la política miró para otro lado. Otro caso: dos pibas se besaban en el subte, las detuvieron, les hicieron una causa, y el Gobierno de la Ciudad ni siquiera removió a los policías que estuvieron involucrados. En San Martín hace un mes dos pibes y dos pibas pintaron un mural del gaucho Cruz y Martín Fierro dándose un beso en la boca y lo taparon, y los únicos que lo repudiaron fuimos nosotros y la militancia de la diversidad. Sumado a Bolsonaro en Brasil, me parece que el discurso del odio se fortaleció en la región.

¿Cuál es la línea que trazás entre sexualidad y política?

Para mí la salida del closet tiene que ver con ser responsable frente al contexto: ya no parte de una decisión individual, porque sentía que estaba defraudando a mi comunidad. Después de hacer pública mi sexualidad muchos me escribieron hablando de “sororidad marica”. Me parecía que no decirlo era una falta de esa sororidad marica y que había que mostrar otra dirección. Leí mucho a Rita Segato, que plantea la pedagogía de la sensibilidad, y me parece que por el contrario desde el Gobierno están desplegando una pedagogía de la crueldad. Necesitamos generar acciones que nos permitan desarmar a esa pedagogía de la crueldad y bueno, así es que termino haciendo ese posteo y tuvo la repercusión de la pedagogía del amor, porque generó muy buena onda, incluso algunos me escribieron para contarme que se habían animado a hablar con sus familias para decir que eran maricas.

¿El posteo fue consensuado?

Sí, lo charlamos mucho y mi compañero me ayudó a corregirlo. Guille también es militante y forma  parte del colectivo Antroposex, que trabaja sobre sexualidades en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Él viene estudiando el tema y conoce mucho la historia de la organización marica, trava, lesbiana de Argentina. Por eso me alentó y me acompañó en lo que siguió. En estos días me pareció que Rita tiene razón: la pedagogía de la sensibilidad funciona. Más allá de lo que puede ser tomado como el dato de color de “el diputado que salió del closet”, eso puede abrir una discusión que tiene que ver con la responsabilidad social a la hora de construir esos closets, ver de qué están hechas esas paredes que oprimen. 

Desde tu lugar como diputado, ¿qué ideas y proyectos tenés para sumar al colectivo de la disidencia?

Como militante social voy a aportar y acompañar, como vengo haciendo desde hace tiempo, toda la agenda que plantean las organizaciones y la comunidad. Uno de los puntos que vamos a intentar meter en la próxima sesión es la Ley de Cupo Laboral Travesti Trans a nivel nacional. La XXVII Marcha del Orgullo tenía una consigna muy clara: basta de travesticidios y transfemicidios, que surge de que en lo que va del año mataron a 60 compañeras con crímenes de odio y discriminación. Entendemos que dar la discusión en el Congreso es dar un abrazo para un sector que está desamparado y que en este momento de crisis social es el que más sufre, porque si sufrimos las maricas blancas de la Ciudad, imagínate las travas morochas de la barriada. Lo puedo afirmar porque son mis compañeras y echarle la culpa al diferente, a la de al lado, también es un síntoma de descomposición del neoliberalismo, que agudiza al racismo y la exclusión. Por otro lado, entre nuestra comunidad y los feminismos hay una sororidad que tiene que ver con que tenemos un enemigo común que es el patriarcado, por lo que hay varios temas que nos atraviesan y vamos a seguir discutiendo, entre ellos la Educación Sexual Integral.