El staff técnico del FMI aprobó la revisión de las cuentas de la economía argentina, lo que habilitará un próximo desembolso de 7600 millones de dólares antes de fin de año. Estos recursos estaban contemplados en el acuerdo con el organismo internacional. La misión de técnicos del Fondo a cargo de Roberto Cardarelli, que estuvo en el país entre el 9 y 16 de noviembre, dio el visto bueno para el giro de los recursos. El monto se suma a los 5600 millones que se transfirieron en octubre y a los 15.000 millones que se enviaron a mitad de año. El Fondo se convirtió en 2018 en el prestamista de última instancia para la Argentina. La contrapartida fueron las condiciones de ajuste impuestas para garantizar el repago de la deuda, entre ellas se destaca el pedido de déficit fiscal cero para 2019.

“Elogiamos a las autoridades por sus continuos esfuerzos para avanzar en su programa de reforma económica, incluido el apoyo político para la aprobación del Presupuesto”, dijo el FMI. En detalle, se precisó que la revisión de las cuentas de la Argentina que hizo el organismo fue positiva y que, tras la aprobación del directorio ejecutivo de la entidad, entrarán al país derechos especiales de giro (DEG) por 5500 millones de dólares. Esto equivale, en base a la cotización actual de las divisas que forman la canasta de monedas DEG, a unos 7600 millones de dólares. “El plan económico es clave para promover el repunte de la actividad económica en 2019 y para apoyar la creación de empleo, reducir la pobreza y mejorar el nivel de vida de los argentinos”, mencionó el informe de los técnicos del Fondo.

El acuerdo del Gobierno con el FMI incluye desembolsos totales por 56.300 millones de dólares para hacer frente a los vencimientos de deuda hasta 2020. Entre las metas que se fijaron para acceder al préstamo del Fondo sobresale el pedido de déficit fiscal cero para 2019 y de superávit primario de 1 punto del PIB para 2020. La implementación de una política monetaria restrictiva fue otro elemento negociado en el acuerdo. En el Central lanzaron por este motivo un programa para que la emisión mes a mes de la base monetaria sea cero hasta junio del próximo año. En materia cambiaria, se exigió que no haya intervención del Central en el mercado de divisas. 

Los técnicos del Fondo Monetario evaluaron en su misión de principio de noviembre la marcha de esas políticas para aprobar el nuevo giro de dólares. El comunicado del FMI resaltó que “el nuevo marco de política monetaria implementada por el Banco Central en octubre ha sido efectivo para la estabilidad de los mercado financieros luego de la extrema volatilidad experimentada en agosto y septiembre. Esta interpretación no tuvo en cuenta la incertidumbre observado en los últimos días. En la jornada de ayer el tipo de cambio saltó más de un peso y rozó los 40 pesos. La cotización se ubica por debajo del techo de la banda pero registró un aumento diario superior al 3 por ciento. En la city se registra una nueva ola de dolarización de activos.

El Fondo abrió el paraguas y dejó en claro en su informe que el Central, pase lo que pase con el dólar, no debe intervenir. “El compromiso de las autoridades con un tipo de cambio determinado por el mercado fortalecerá la credibilidad del marco de política monetaria y aumentará la resistencia a los shocks externos”, indicó. En la entidad no quieren que se vendan ni que se compren divisas desde la mesa de dinero del Central. “Si el peso cayera por debajo de la zona de no intervención habría que evaluar cuál es la calibración adecuada para realizar compras y evitar que los pesos liberados al mercado no afecten la reducción de la inflación”, indicó el FMI. Se trata de un nuevo mensaje de los técnicos del Fondo para las autoridades del Central. El organismo no quiere que se emitan pesos para adquirir divisas. 

En el comunicado del Fondo, pese al impacto de la política de ajuste sobre los sectores de ingresos fijos, se resaltó “la necesidad de usar el gasto social para proteger a los pobres y vulnerables del debilitamiento de la actividad económica en la segunda mitad de 2018, y en medio de una inflación aun elevada”. En este contexto, “la decisión de salvaguardar los gastos de asistencia social en el presupuesto de 2019 es bienvenida”, cerró el comunicado con la firma de Cardarelli. Este año las jubilaciones y asignaciones familiares perdieron contra la inflación.