Luego de una larga sesión en el Concejo Deliberante de Tigre que se extendió hasta la madrugada de ayer, los concejales de Unidad Ciudadana y Frente Renovador que apoyaban el proyecto de ordenanza presentado por el intendente Julio Zamora para que el colectivo 723 ingrese a la troncal pública de Nordelta no lograron la mayoría necesaria para dar tratamiento sobre tablas a la iniciativa, debido a la oposición del bloque de Cambiemos y un concejal de Unidad Ciudadana. La propuesta de la municipalidad presentada la semana pasada, luego de que varias empleadas de Nordelta denunciaran que las combis privadas de MaryGo no las quieren llevar porque los habitantes del complejo se niegan a viajar con ellas por “mal olor y porque hablan mucho”, fue repudiada por un grupo de vecinos autoconvocados que se opone al ingreso del transporte público porque sería el “fin de la paz y tranquilidad” en la zona. Con carteles para que “escuchen a los vecinos” y “respeten sus derechos”, se acercaron al recinto este martes para intentar impedir que se trate el proyecto.

“La sesión terminó a la una de la mañana. Fue muy larga. No logramos llegar a los votos para el tratamiento sobre tablas por una discusión porcentual, un desastre”, explicó un concejal a PáginaI12. Según informó el edil, el tratamiento sobre tablas recibió el voto negativo de los 7 concejales de Cambiemos y uno de Unidad Ciudadana –Javier Forlenza, “que últimamente está bastante cercano al macrismo”– y el voto a favor de los 6 miembros restantes de Unidad Ciudadana y 9 del Frente Renovador. Con 23 concejales presentes –Malena Galmarini, del Frente Renovador, se ausentó– se calculó que el porcentaje de votos necesario para dar tratamiento sin girar a comisiones era de 15,33 –dos tercios de 23–. “Nosotros sumamos 15 votos, así que no llegamos porque nos faltó 0.33 por ciento de un voto, que es imposible. Cambiemos se empecinó con que si no era 15,33 no tenía validez. Que debíamos contar con 16 votos, no con 15”, agregó.

Ante este problema, los concejales del Frente Renovador se comunicaron con el intendente, quien les dijo que si no estaban dadas las condiciones no había que dar el tratamiento. “Nosotros dudamos en continuar porque Cambiemos podía pedir la nulidad posterior de esa votación, ya que no hay ningún artículo ni del Reglamento Interno ni de la Ley Orgánica Municipal que diga qué pasa en caso de que de porcentual una división de los presentes para aprobar un tratamiento sobre tablas”, confió a este diario la fuente.

“Ahora este proyecto ingresó a la Comisión de Transporte, que el martes tuvo la última sesión. O sea que no va a haber nuevas sesiones hasta que comience el nuevo año legislativo. En esa comisión, además, no contamos con los votos necesarios”, indicó. “No se trata de profundizar la grieta, como dijo una concejala de Cambiemos, ni de apoyar al intendente. Se trata de que hay más de 5000 empleados ahí adentro que están en las peores condiciones, que no tienen transporte público y tampoco van a poder viajar más en (las combis de la empresa) MaryGo”.

Antes de comenzar la sesión, algunos concejales de Unidad Ciudadana se reunieron con un grupo de vecinos que dijeron tener preparado un proyecto alternativo para solucionar el problema de transporte que existe en la zona. “No querían que se generalice que todos son discriminadores, pero en la conversación se fue generando una cuestión de discriminación terrible. Les preguntamos si tenían algún esbozo del proyecto que supuestamente venían trabajando desde enero y no tenían ni un papel con dos oraciones redactadas”, informó el concejal. Y agregó: “Decían que esto no es lo que a ellos les habían prometido cuando empezaron a vivir ahí. La alternativa que ellos dicen que están preparando consiste en poner dos centros cívicos dentro del troncal y que haya un transporte interno que vaya de un centro cívico a otro y que en ese centro cívico se haga el trasbordo con una línea local. Dicen que están viendo la posibilidad de que este transporte interno ni siquiera tenga costo para las trabajadoras. Pero no trajeron nada escrito. No quieren abrir el troncal porque tienen miedo a la inseguridad”.

Hace unos meses, un grupo de vecinos de Nordelta se encargó de reunir firmas para impedir que ingrese el transporte público a Avenida de Los Lagos, que es una troncal pública pero está administrada por Nordelta. “Cuando decidimos mudarnos a Nordelta lo que valorábamos más que nada fue la seguridad. Es la única localidad del conurbano que cuenta con el ‘doble anillo’ de seguridad: un primer control para entrar a la ciudad pueblo y un segundo control para entrar a cualquiera de los 20 barrios privados”, fundamentaron.

“El modelo es tan exitoso que hoy no hay arrebatos, robo de celulares, motochorros, pungas ni carteristas dentro de Nordelta. Cualquier vecino puede caminar a la noche sin tener que mirar por el costado. Niños y adultos circulan por las avenidas troncales seguros. Ahora la desarrolladora, a través de AVN, quiere abrir la ciudad pueblo al transporte público municipal, alegando que es una ‘solución de movilidad para los vecinos y las personas que trabajan y prestan servicios cotidianamente’. Lo que significa este cambio para nosotros, los vecinos de Nordelta es el fin de la paz y tranquilidad en nuestros barrios”, sostuvieron en un comunicado difundido para recolectar firmas.