Luka Modric ganó ayer el Balón de Oro 2018, poniendo fin al reinado de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, ganadores de cinco trofeos cada uno en la última década. El premio, creado por la revista France Football, reconoce al mejor futbolista del año y fue entregado en una ceremonia celebrada en el Grand Palais de París, a la que acudieron muchas de las estrellas del fútbol, entre las que no estuvieron Messi y Ronaldo. 

La votación llevada a cabo entre 180 periodistas de distintas partes del mundo dejó en segundo lugar a CR7, en tanto el tercer escalón del podio le correspondió a  Antoine Griezmann. Otro francés, Kylian Mbappé, que se llevó el premio Kopa al mejor jugador de menos de 21 años, quedó al pie del podio, aunque superó en las votaciones a Messi, que de esta manera se quedó fuera de un podio que siempre había pisado desde 2007.

Modric, de 33 años, ya había sido elegido mejor jugador del Mundial de Rusia, donde lideró a Croacia a una histórica final (que perdió 4-2 contra Francia) y también fue designado el mejor jugador de la temporada, primero por la UEFA y después por la FIFA. “Cuando eres niño tienes sueños y los míos eran ganar títulos. Este Balón de Oro es todo lo que yo podía soñar”, señaló Modric.

Tras agradecer el premio a sus compañeros en el Real Madrid y de la selección, a sus entrenadores y a su familia, el capitán de Croacia consideró “un honor” ganar el premio tras diez triunfos consecutivos de “dos inmensos jugadores” como Messi y Ronaldo. 

“Algo extraordinario he tenido que hacer en este 2018, el año de todos mis sueños”, dijo el futbolista del Real Madrid, que señaló que la clave del éxito es “el trabajo, la persistencia y creer en uno mismo”. “Ser el mejor nunca es fácil. Para mí no lo ha sido. He tenido que aprovechar las ocasiones”, indicó.