Ganar siempre resulta importante. Pero la identidad que surge de la camiseta amada está más allá de las mieles del triunfo. De cuna obrera, Central tiene una historia paralela a la de las mayorías. Por eso cuesta tanto casi todo. Por eso es tan hondo el momento de la celebración como profundo es el dolor. Cuando una persona se dice: "Soy de...", está afirmando nada menos que su identidad. En tiempos de sembrado y deliberado escepticismo construido, el triunfo de los que no ganan habitualmente viene muy bien para ver que hay cosas muy profundas que cotizan lejos de la Bolsa de Valores. Cotizan allí donde lo humano, a pesar de casi todos los pesares, es capaz de desafiar al sistema que impone tener para ser, ganar para ser.

La Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe declara su beneplácito por la obtención de la Copa Argentina lograda por el Club Atlético Rosario Central, fundado en 1889 y próximo a cumplir ciento treinta años de una existencia que lo llevó a constituirse en un patrimonio deportivo, social y cultural no solamente de la ciudad, sino también de la provincia y el país. Las celebraciones futboleras superan la cancha chica y tienen repercusiones en la cancha grande de la realidad. En tiempos difíciles, una alegría popular merece el reconocimiento de este cuerpo legislativo.