A horas de la tan esperada y postergada final de la Copa Libertadores de América, los pocos argentinos que pudieron viajar a España para ver el partido tomaron las calles de Madrid. Miles de hinchas de River y Boca realizaron una vigilia en la mítica “Puerta del Sol” en Madrid, custodiados por un amplio operativo de seguridad que los mantuvo separados. 

En la previa del encuentro que se disputará en el estadio "Santiago Bernabeu" por disposición de la Conmebol, los hinchas se reunieron en las “Fan Zone” previstas por la organización. Con un poco de folkore futbolístico for export, los fanáticos se unieron en cantitos de aliento a su equipo y cargadas a su rival de toda la vida, seis horas antes del pitazo inicial del uruguayo Andrés Cunha. 

Más temprano, los hinchas de River armaron una multitudinaria caravana, custodiados por cielo (helicópteros) y tierra (Policía montada), hasta la concentración del "Millonario". Desde allí, caminaron hasta el estadio "Santiago Bernabéu", hicieron una parada en el "Fan Zone" -donde es obligatorio tener la entrada para el partido, para luego ocupar la tribuna "Fondo Norte".

Boca, por su parte, se concentró directamente al lado Sur de la Puerta del Sol, y desde allí se dirigirá hasta la tribuna Fondo Sur, donde obligaron a frenar la actuación de un DJ en un escenario, donde se proyectaban videos de la cuenta oficial del "Xeneize”. 

En la antesala del partido definitorio de la Libertadores, se confirmó también que el entrenador de River Marcelo Galalrdo verá la final desde un palco ubicado sobre el sector norte en el que estará el grueso de los fanáticos de River. La prohibición que le aplicó la Conmebol para ingresar al vestuario, banco de suplentes y la sala de conferencias en Madrid se mantiene vigente. 

El clásico llegó a España por otra disposición de la Conmebol, que consideró que en Argentina no estaban dadas las condiciones para disputar la segunda final superclásica luego de la emboscada que sufrió el micro de Boca el 24 de noviembre. Al desestimar el pedido de Boca de darle los puntos y el reclamo de River para jugar de local y así respetar la “igualdad de condiciones”, la organización creyó que era mejor idea trasladar directamente el encuentro. 

Unos pocos privilegiados podrán ver el superclásico argentino. “No hay mal que por bien no venga”, había dicho el embajador argentino en España Ramón Puerta en la semana, mientras justificaba las fallas en la seguridad con el comienzo del G20. Hoy volvió a celebrar el traslado del partido y aseguró que  "Madrid siempre estuvo preparada" para organizar el encuentro.  “En materia de seguridad deportiva, la Conmebol eligió bien", ratificó en declaraciones a radio Mitre.  Puerta detalló que, con motivo de este encuentro, las autoridades locales pusieron a disposición unos 2400 policías, que se van a sumar "a como 700 agentes que son seguridad del Real Madrid".