Desde La Pampa

El pistoletazo de salida para las elecciones a gobernador en la provincia de La Pampa no pudo haber sido más agitado. Una serie de terremotos políticos sacudieron la modorra de la política pampeana en los días previos al vencimiento del plazo para inscribir las alianzas electorales. Por el lado del oficialismo, el PJ abrió por primera vez las puertas a un frente electoral desde 1983, en el que quedaron incluidos desde el Frente Renovador a Nuevo Encuentro, el Partido Humanista, el Partido Comunista y el frente Patria Grande que responde a Juan Grabois. En Cambiemos también hubo turbulencia: idas y vueltas de última hora estuvieron a punto de hacer fracasar la alianza entre la UCR y el PRO, mientras que el Partido Socialista, que conformó históricamente el FREPAM, un alianza con la UCR y otros partidos pequeños, rompió filas y presentará candidatos propios.

Para los dos contendientes con posibilidades de alcanzar la gobernación en las elecciones que se celebrarán el 19 de mayo el escenario es complejo. En el peronismo, que es oficialismo en la provincia desde el retorno de la democracia, la inesperada enfermedad del actual gobernador Carlos Verna obligó a un recambio generacional, ya que el actual mandatario forma parte de la vieja guardia que gobernó la provincia junto a su aliado Rubén Hugo Marín, prácticamente desde hace 35 años y era candidato cantado a la reelección el próximo año. El sucesor es el actual diputado nacional Sergio Ziliotto, un hombre de bajo perfil y embanderado internamente con el vernismo. 

Otra de las dificultades que enfrenta el PJ es la salida por derecha de los sectores evangélicos molestos por la votación de sus diputados y senadores a favor de la Ley del Aborto hace apenas unos meses. A su vez el ex ministro de Gobierno, Juan Carlos Tierno, un ex PJ con partido propio también amenaza con presentar lista, misterio que se develará el próximo 20, cuando cierren las presentaciones definitivas de candidatos. 

Las encuestas realizadas por diferentes consultoras le dan al Frente Justicialista un amplio margen de diferencia hasta el momento, gracias a la popularidad del actual gobernador y a su política de mantener abiertas las paritarias estatales, la clara oposición al gobierno de Mauricio Macri, la negativa a sumarse al devaluado plan nacional de salud que hubiera deteriorado la salud pública provincial, una de las mejores del país, y una gestión que se caracteriza por tener los números en orden y no depender de Nación para pagar sus cuentas. 

En la vereda opuesta las tormentas arrecian. La alianza entre el PRO y la UCR no sólo estuvo a punto de naufragar, sino que además dirimirá una interna que se prevé feroz el próximo 17 de febrero. La Pampa tiene un sistema similar a las PASO de primarias obligatorias, pero restringidas, ya que votan sólo los afiliados dentro de cada frente y los independientes pueden optar por votar en el frente que quieran. El PRO lleva como candidato al ex fubolista y ex secretario de Deportes del gobierno de Macri, Carlos Mac Allister, mientras que a UCR lo enfrentará con el actual diputado nacional Daniel Kroneberger, candidatura que se decidió de modo bochornoso realizando una encuesta entre sus tres aspirantes que terminó dando triple empate y que dejó al descubierto los problemas internos del centenario partido. Según trascendió, el que mejor medía era el actual senador Juan Carlos Marino, quien dispone también de la billetera más fluida, pero no resistió las presiones de la Rosada que apuesta fuerte a que sea Mac Allister el que se alce con la victoria en la interna para disputar luego la gobernación apoyado en su perfil bolsonarista de mano dura y derecha extrema.

La confianza del PRO viene de la derrota ajustada por un puñado de votos en las elecciones a diputados de 2017 y la apuesta al supuesto cansancio de la ciudadanía pampeana con el PJ, pero las encuestadoras dan cuenta de que la ola amarilla declinó en la provincia después de la debacle económica que se desencadenó este año y que afectó seriamente a su base electoral en la provincia, incluidos los sectores agropecuarios y la pujante agroindustria local, que afronta dificultades crediticias y de estrechez del mercado interno. 

Ante un escenario tan polarizado el resto de los partidos políticos en carrera, los socialistas y las dos formaciones de la izquierda tradicional, tienen escasas posibilidades de alcanzar siquiera una diputación provincial. Si el ex ministro Juan Carlos Tierno finalmente se presenta y logra sortear el veto judicial que le impide ocupar cargos públicos sin sentencia firme todavía, tiene más chances de incorporar un tercer bloque en la legislatura, ya que su electorado proviene tanto de la derecha peronista como de sectores de Cambiemos que podrían preferirlo si finalmente la UCR se alza con la victoria en la interna.