En 1991, Teresa De Lauretis estudió las sexualidades disidentes que, desde hacía más de dos décadas, se visibilizaban a través del activismo, y acuñó el término queer para nombrar a las personas que no entraban bajo ninguna categoría establecida. Foucault ya había hablado de parias y de marginales, de la heterosexualidad como norma, dominante y heredada, fertilizando el camino para los estudios transgéneros, el BDSM, y otras sexualidades que no tenían visibilidad. Pero, cuando en el 94 el concepto queer desembarcó en las academias y universidades, De Lauretis salió a decir que las Teorías Queer habían fracasado y que en ese momento dejaban de existir; porque ahora formaban parte del sistema al que se oponían, las instituciones. 24 años más tarde, los Estudios Queer llegaron a las universidades argentinas. Soy investigó los programas de estudios y cómo lo llevan a cabo, para pensar si se trata de luchar contra la discriminación o simplemente ser políticamente correcto en estos tiempos. ¿Qué hay debajo de los programas de diversidad sexual en las universidades?

En la ciudad de Buenos Aires hay un solo programa doctoral sobre género, y dos de estudios de posgrado: uno en Flacso, que ofrece una Maestría en Género, Sociedad y Políticas, en modalidad virtual, y otro en la UCES (Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales) donde se dicta una maestría en temáticas de la mujer, la salud y el trabajo. La Unsam (Universidad Nacional de San Martín) ofrece una Diplomatura en Salud Sexual y Reproductiva, desde un enfoque de Género y Derechos Humanos y la UNGS (Universidad Nacional de General Sarmiento) lanzó en el 2014 una Diplomatura en Género, Políticas y Participación, pionera en el asunto, mientras que la Untref (Universidad Tres de Febrero) ofrece la Maestría en Estudios y Políticas de Género, que comenzó a dictarse el año pasado. La única universidad que tiene una materia de grado sobre género es la carrera de Psicología en la UFLO (Universidad de Flores); la materia se llama “Diversidad e Inclusión” y funciona desde el 2012.  

UNGS 

Marisa Fournier es la coordinadora de la Diplomatura en Géneros, Políticas y Participación que ofrece la Universidad Nacional de General Sarmiento. Dice: “Más que una perspectiva teórica lo que proponemos es un quiebre epistemológico centrado en la ruptura del pensamiento binario y en el conocimiento de matriz escolástica. Apostamos a la ruptura tanto de estereotipos sexos genéricos como a cualquier forma de cosificación o clasificación del saber y del hacer”. La diplomatura se implementó en el 2014 y se han diseñado 40 proyectos de intervención con perspectiva de género. Los contenidos de la Diplomatura se basan en los Derechos Humanos desde un enfoque de género, con una perspectiva histórica y política. “Entre el 2014 y el 2018 la cursaron 350 personas y la cursada finaliza con el diseño de un proyecto de intervención. En esta línea de formarse para transformar nos interesa que el egreso esté vinculado con la proyección de acciones colectivas. Este año se diseñaron 53 proyectos de intervención en los campos de la salud, el trabajo, la educación, las infancias, el arte y la comunicación que integran la perspectiva de la diversidad sexual y del feminismo como ejes estratégicos”, concluye Fournier. Para la diplomatura se requiere una carga horaria de 171 horas presenciales.

UNAJ

La Universidad Nacional Arturo Jauretche desde el 2017 cuenta con el PEG (Programa de Estudios de Género) integrado por 41 docentes, alumnos y tutores, coordinado por la doctora Daniela Losiggio y la Magíster Karin Grammático. El objetivo es generar conocimientos y actividades de intervención que permitan comprender y combatir los escenarios sociales de discriminación, desigualdades y violencia de género. El PEG ha confeccionado una “Guía local para mujeres en situación de violencia”. Dictan cursos de capacitación, talleres de sensibilización sobre temas de violencia, aborto, género, trabajo y diversidad. María Insúa, integrante del Programa de Estudios de Género, cuenta al Soy que este año el Consejo Superior de la universidad aprobó el Protocolo de actuación ante situaciones de violencia de género y/o discriminación por razones de género en la Universidad. El protocolo rige para todxs lxs integrantes de la comunidad universitaria. “Pero, cuando la violencia que sufren lxs alumnes y docentes es afuera de la institución, también la cubrimos”, explica Insúa. Dentro del material de lectura nos encontramos con Ruth Zurbriggen y Graciela Alonso, La heterosexualidad obligatoria importa y Lo queer en las pampas criollas, argentinas y vernáculas por Mabel Bellucci y Cecilia Palmeiro, entre otros.

UNSAM

En noviembre del 2013 la Universidad Nacional de San Martín ponía en marcha el PCVG (Programa Contra la Violencia de Género). Se trata de una red integrada por universidades de todo el país que promueve el desarrollo y la intervención de temáticas de género, violencia y diversidad en las instituciones de educación superior. En marzo de 2018, el PCVG de la Unsam se convirtió en la Dirección de Género y Diversidad Sexual. El objetivo es lograr que las problemáticas de género formen parte de los estudios de lxs estudiantes, poniendo el foco en el área de investigación y extensión. María de las Nieves Puglia, coordinadora del área de Contenidos, dice: “La dirección es producto de un trabajo de 4 años de lucha contra la violencia de género dentro de la universidad. El objetivo es la transverzalización de la perspectiva de géneros en todos los espacios de la universidad y la investigación sobre géneros y diversidades”. Trabajan con investigadoras de la Unsam y autoras no muy conocidas como Aleksandra Kollotai, que habla de relaciones socio-sexuales, y Anna Jónasdóttir como referentes, las activistas trans Lara Bertolini, Violeta Alegre, y Marlene Wayar, entre otrxs.

UNTREF

En la Universidad Nacional Tres de Febrero funciona la Red Interdisciplinaria de Estudios de Género, y este año el Consejo Superior sancionó un Protocolo de acción institucional para la prevención e intervención ante situaciones de violencia de género u orientación sexual. Se trata de un equipo compuesto por profesionales de psicología, derecho y sociología que se han formado y tienen experiencia profesional en el área de género.

Las principales tareas del Comité son la atención, la recepción de consultas y denuncias sobre discriminación, violencia, y salud sexual. Realizan seguimiento de casos y estadísticas, capacitación y sensibilización. El equipo de la Dirección de Género y Diversidad Sexual está coordinado por el Comité Interdisciplinario contra las Violencias de género coordinado por Luciana Arauz y Fernanda Miguel.

En el 2015 invitaron a Judith Butler para que dicte una conferencia en la universidad.

“La Maestría en Estudios y Políticas de Género comenzó a gestarse en el 2015, pero recién en el 2017 se inició el dictado de las clases con Daniel Link como director del posgrado con un cohorte de 30 alumnxs los últimos dos años”, dice Lucía Dussaut, coordinadora académica. Se diferencian de otros posgrados al proponer estudios sobre la mujer y las disidencias sexuales focalizadxs en Latinoamérica. 

UFLO

En el 2012, Marcelo Godoy, director de la carrera de Psicología de la Universidad de Flores, junto a su equipo de trabajo armaron un plan de estudios nuevo, creando asignaturas como “Diversidad e inclusión”, a cargo de Verónica Capurro, para la carrera de Psicología. “Planteamos el tema de la diversidad no desde el respeto, sino desde el enriquecimiento y el aprendizaje, saliendo de lo políticamente correcto para hacer un aporte a la diversidad. Lxs psicólogxs no recibimos formación en diversidades, por eso me parecía importante esta materia. El material de la cátedra cuestiona los discursos hegemónicos, las dualidades, y el impacto que esto tiene en los profesionales formados desde la psicopatología y los modelos médicos tradicionales. Pensamos de donde vienen las teorías clasificatorias, con sus consecuencias, y cuestionar los lugares de poder”. El programa incluye temas como diversidad sexual, racismo y discapacidad; está conformado por textos del Inadi y de Michael Foucault, entre otrxs. “No se trata de integrar, sino de construir un mundo más amplio. La idea es abrir la cabeza de lxs chicxs que vienen formateadxs”, dice Godoy.